Texto y fotos por Milena Castro
Ignacio Espinoza (28), más conocido por su firma en las calles de Santiago como Wasafu, se tituló de arquitecto en la Universidad Católica en 2012. Carrera que lo llevó a reencontrarse con lo que en su adolescencia había sido un pasatiempo: pintar con latas de spray en las paredes de la capital.
Comenzó a aplicar en los muros las técnicas de profundidad y realismo que debía usar en los encargos que demandaba la carrera. “Me pedían dibujar mucho con lápiz pasta, porque no puedes borrar”, cuenta. Como ocurre con el spray.
Fue un proceso de pruebas de estilo hasta llegar a las figuras geométricas con relieve que hoy caracterizan su estética; como también las conocidas letras “bomba”, que ocupan los graffiteros que rayan con poco tiempo en grandes extensiones; realistas graffitis 3D; y el wildstyle, que combina varias técnicas con una gran cantidad de terminaciones. “Todos quieren llegar al wildstyle, porque es complicado y tiene su propio código”, afirma Ignacio.
El campo laboral al que se estaba acercando con el título de arquitecto no lo llenaba, por lo que decidió dedicarse por completo a plasmar sus diseños en las calles de Santiago. Obras sin título que le dieron cierta fama, por la que empezaron a llegarle ofertas de trabajo.
Una de ellas fue la llamada de Plus, productora a cargo de la campaña de Nike para la Copa América, que le planteó pintar un mural en un edificio de cinco pisos, donde tendría la libertad de presentar su propio diseño. Sería uno de cuatro murales con futbolistas auspiciados por la marca.
El proyecto tenía el desafío de trabajar en un tiempo acotado una obra de gran dimensión y debía mostrar al jugador como un artista del deporte y presentar el concepto “garra”. Ignacio pintaría a Arturo Vidal en un edificio en la esquina de Grecia con Marathon en Ñuñoa, cerca del Estadio Nacional. Wasafu no era hincha, pero con mucho googleo, en cuatro días presentó el boceto digital del Rey Arturo, que posteriormente se convirtió en un mural de 12 metros por 14 y medio.
La primera etapa consistió en una capa de spray MTN 94 para el fondo. En 10 días pintó las formas triangulares del mural con rojo, café y azul. El rostro de Vidal fue reproducido intentando el mayor realismo posible. La nariz del jugador ocupa casi un piso del edificio, la boca abierta en un grito de triunfo ocupa otro. En la cabeza sobresale la corona que identifica al actual jugador de la Juventus.
Todo, a excepción del fondo, se hizo con spray, donde solo variaron los caps (válvulas por las que sale la pintura a presión): fat caps para las zonas amplias y de degradados como la piel, y los cap 94, de salida delgada, para los detalles. Al ser una obra que está ligada a la publicidad, el espacio donde se encuentra el mural está arrendado por un mes, por lo que terminada la Copa será borrado.
“Me gustó haber hecho una pega con la libertad de proponer mi diseño y que lo aceptaran”, dice Wasafu. Espera en sus próximos proyectos contar con la misma libertad, como en la segunda etapa del snowpark del centro de ski El Colorado en el que trabaja desde 2014.
Sobre la autora: Milena Castro es alumna de segundo año de Dirección Audiovisual en la Facultad de Comunicaciones UC y escribió este artículo como colaboradora de Km Cero. Este trabajo fue editado por Gabriela Campillo, estudiante de cuarto año de Periodismo, creadora y editora de la sección sobre arte gráfico callejero Gritos en el Muro para Km Cero, como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa Escrita impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.