Piera Rossi / Ilustración Mathias Sielfeld

“¡No Alto Maipo!” dicen las consignas escritas en decenas de banderas que flamean en San José de Maipo. La cumbia de Los Vásquez sobre el escenario contagia a cientos de cajoninos que, reunidos en el estadio de la localidad, protestan en contra de la construcción del Proyecto Hidroeléctrico de Pasada Alto Maipo (PHAM) por parte de la empresa AES Gener. Tan solo una semana antes, la misma masa que canta y baila animosa esperaba la llegada de los ejecutivos de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial, quienes evaluarían prestar dinero para la construcción y convertirse en acreedores del proyecto. La recepción fue con huevos y enfrentamientos entre carabineros y miembros de la Coordinadora Ríos del Maipo, más conocida como No Alto Maipo.

El proyecto hidroeléctrico hoy cuenta con los permisos aprobados por la autoridad medioambiental y espera terminar las obras preliminares en las zonas altas de los ríos Volcán, Yeso y Colorado a comienzos de noviembre, para así dar paso a la construcción de dos centrales: Alfalfal II y Las Lajas. Las llamadas obras preliminares consisten en la construcción de caminos, instalación de postes de electricidad para los campamentos de trabajo y –según acusan los opositores– la tala ilegal de vegetación nativa, cambio en el cauce de esteros en la zona alta del rio Volcán y la instalación de postes en zonas que no estaban consideradas originalmente en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Las acusaciones también fueron realizadas por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la Dirección General de Aguas, y desembocaron en una multa de más de 40 millones de pesos para AES Gener.

Alrededor de 180 subcontratistas trabajan hoy en las obras, de las cuales solo un 20% correspondería a personas de la zona. Felipe Román trabaja hace dos meses en la empresa, y cuenta que obtiene 100 mil pesos más que en su empleo anterior en una exportadora de algas donde ganaba 190 mil pesos. “La gente que alega por Alto Maipo dice que van a perder la naturaleza, pero no saben cómo va a ser la pega. Gener sabe cómo se van a hacer las cosas, por eso ignora las protestas”, dice.

La potencia energética total instalada en Chile es de 16.970 MW, de la cual un 73% corresponde al Sistema Interconectado (SIC), el mayor de los cuatro sistemas eléctricos que suministran energía al país y que abastece al 93% de la población. El proyecto hidroeléctrico Alto Maipo hará un aporte significativo al sistema según Guillermo Donoso, doctor en economía de recursos naturales y especialista en recursos hídricos, quien asegura que existe una escasez energética importante en el Sistema Interconectado Central.

El PHAM fue presentado por primera vez al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en 2007, sin embargo fue retirado por la empresa antes de que fuera evaluado por la Comisión Regional de Impacto Medioambiental (Corema). En 2009 fue aceptado un nuevo proyecto, lo que provocó el reclamo de diversas organizaciones que acusaban lobby político detrás de una aprobación que –acusaban– dañaba irreparablemente la cuenca hidrográfica del Maipo, tal como concluía un estudio encargado por AES Gener a la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile.

En junio pasado Antofagasta Minerals, el ala minera del grupo Luksic, anunció la compra del 40% de las acciones de la hidroeléctrica al grupo AES Gener. Hoy el consorcio trabaja en la búsqueda de financiamiento mediante el Banco Interamericano de Desarrollo, el IFC del Banco Mundial y el OPIC, institución financiera de desarrollo dependiente del gobierno de Estados Unidos. “Estas entidades tienen experiencia y conocimientos respecto a proyectos energéticos, porque saben estructurar los project finance, que es la modalidad que AES Gener usa habitualmente para financiarlos, y porque están comprometidos con el desarrollo de Chile”, explicó Daniel Stadelmann, vicepresidente de finanzas de AES Gener, al diario Pulso.

Las empresas constructoras y hormigoneras de la Región Metropolitana extraen sus áridos del río Maipo. Ahí operan 13 areneras, las que dan trabajo a alrededor de 130 personas. El PHAM considera la extracción del 22% del sedimento del río –tres millones de toneladas de áridos, 300 mil camionadas aproximadamente– y, según el proyecto, no provocaría daños a la actividad. Sin embargo, el Estudio Sedimentológico en el Río Maipo, realizado en marzo de 2008 por el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, señala que de ser efectivas las reducciones estimadas de sedimentos “se podrían generar problemas locales si no se toman las medidas para un manejo más racional del cauce”. Mauricio Vargas, presidente del sindicato de areneros, dice estar preocupado, aunque reconoce no tener certeza de los efectos de las faenas: “AES Gener nos dice que no vamos a tener problema, pero No Alto Maipo dice que hicieron estudios y que va a bajar la cantidad de material. Estamos confundidos porque todos tienen información pero no hay nada claro, son solo teorías”.

La Asociación Canales del Maipo, junto a otras sociedades similares riegan 120 mil hectáreas en la Región Metropolitana, la mayoría predios de cultivo. Rafael León, administrador de la asociación, dice que la empresa hidroeléctrica afectará los derechos de agua de los canalistas. El proyecto contempla un túnel de 70 kilómetros de largo que al llenarse usará millones de metros cúbicos del río Maipo, que pertenecen a los regantes, quienes por ley mantienen derechos permanentes y continuos sobre el agua del río. Al bajar el lecho de río por la extracción de sedimentos, además, las bocatomas utilizadas por las empresas canalistas no podrían captar el agua, asegura León.

En su página web AES Gener responde: “la restitución al río Maipo de los caudales captados por el proyecto se efectuará más arriba de donde están ubicadas las bocatomas de riego, por lo que no se alterará la situación actual de los regantes y demás usuarios de las aguas”. Rafael León aclara: “Nosotros no estamos porque no se haga Alto Maipo. Queremos llegar a acuerdos comerciales con ciertos temas y que se desarrollen medidas de mitigación”.

Según Jack Stern, ingeniero hidráulico y miembro de No Alto Maipo, los cambios en el cauce impedirían además la práctica de deportes de río, debido al peligro que significa el “asomo de rocas”. Así, desaparecería una decenas de empresas de turismo aventura que ofrecen servicios de kayak y rafting en el río Maipo.

Para Marcela Mella, vocera de la Coordinadora Ríos del Maipo, la batalla aún no está perdida. “Han sido años muy intensos en nuestras vidas pero queremos seguir. Está toda nuestra voluntad y convicción para que este proyecto no se llegue a realizar” dice. Los miembros de No Alto Maipo esperan con ilusión el rechazo del financiamiento por parte del Banco Mundial.

Sobre la autora: Piera Rossi es alumna de cuarto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas. El artículo fue editado por el alumno de quinto año de Periodismo Matías Castro para el curso Taller de Edición en Prensa Escrita, dictado por el profesor Rodrigo Cea.