Matías Peralta F. / Fotos Constanza Rodríguez

El 9 de junio de 2011, el vicepresidente de China y hoy actual mandatario de esa nación, Xi Jinping, realizó una visita oficial a Chile en la cual suscribió acuerdos de cooperación con el Presidente Piñera en los ámbitos financiero, agrícola, minero y de telecomunicaciones. Una de las negociaciones más importantes fue la tercera ronda de Cooperación en Financiamiento para el Desarrollo entre el Banco de Chile y el Banco de Desarrollo de China. Hasta hoy pocos saben quién fue uno de los principales gestores de este acuerdo: El director de Economía Internacional del Instituto Libertad y Desarrollo, Francisco Garcés.

Con 77 años, el economista de la Universidad Católica y doctor en economía de la Universidad de Columbia hoy es uno de los mayores especialistas chilenos en materias de comercio exterior. Sin embargo, ha sido un solo lugar el que ha captado su atención por largo tiempo. Asia.

Su interés por el continente surgió en la década de los 50, cuando al finalizar sus estudios universitarios viajó a Japón. Allí presenció el llamado “milagro japonés”, es decir, la rápida recuperación económica que tuvo la nación tras la II Guerra Mundial y que permitió al país crecer con tasas superiores al 10%.

Cuando el líder chino Deng Xiaoping implementó las reformas que instauraron la economía de mercado durante la década de los 80, Francisco Garcés se sorprendió con la nación. “Esta nación necesita de un gobierno fuerte porque es un imperio, y hoy es cosa de bajarse del avión para ver el desarrollo extraordinario del país”, dice en su oficina de Libertad y Desarrollo, uno de los think tanks de derecha más importantes del país.

El contexto social y político, según Garcés, ha sido la clave del éxito económico chino: nación que mantuvo –curiosamente– una relación cercana con el gobierno de general Augusto Pinochet, el que Garcés integró como parte del comité económico del Ministerio de Hacienda.

“Hace 12 años trabajo con él”, dice Elia Araya, secretaria personal del economista, “y desde que lo conozco que él ha mantenido una gran experiencia con los chinos. Creo que su admiración radica en la capacidad de trabajo con la cual se identifica”.

A través del actual ministro secretario general de la presidencia Cristián Larroulet y del economista Hernán Büchi, Francisco Garcés llegó a Libertad y Desarrollo en 1991. Desde entonces, dice, se ha dedicado a “impulsar ideas basadas en el libre mercado para mejorar la productividad y crecimiento en Chile”.

Garcés viajó a Japón después de terminar la universidad.

“El poder centralizado da garantías de mantener este imperio que es China, y a pesar de que las provincias tengan más autonomía por estos días, es difícil que el proceso de democratización sea posible”, comenta Garcés, quien no titubea para justificar al gobierno autoritario que rige en el país, el mismo que durante los últimos años ha sido el principal precursor del modelo económico de libre mercado que tanto defiende.

Patricia Graber, ingeniera comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez y ayudante del economista en el área de economía internacional de Libertad y Desarrollo, cuenta que Garcés siempre le ha sorprendido por su neutralidad política. “Nunca ha tratado de imponerme sus ideas y siempre ha estado consciente de que las respuestas estarán en los datos económicos”, dice.

El interés por Asia se consolidó en Garcés cuando comenzó a trabajar en el consejo económico del Foro Asia Pacífico (APEC), en el cual Chile realiza múltiples intercambios comerciales. Fue en esas reuniones bilaterales que sostuvo con representantes de Vietnam y China las que impulsaron su interés por estas naciones y sus vecinas; sin importar el sistema político de estas.

Las distintas fotos que cuelgan en su oficina de Vitacura dan cuenta de diversas culturas asiáticas. Lugares remotos que no son impedimento para que, en promedio, Garcés vuele más de 30 mil kilómetros al mes para seguir conectado a la región, pese a las limitaciones físicas propias de su edad.

Garcés es una persona que no elude preguntas y que de manera lenta, pero fluida, hace valer sus argumentos de manera clara y precisa. Frente a la pregunta sobre qué hubiera pasado si el gobierno de Salvador Allende hubiese adoptado el modelo económico de libre mercado antes del golpe militar, él responde: “Sin duda ese cambio habría contribuido a calmar los ánimos durante esa época”.

Aunque toda su vida ha estado ligada a la política, Garcés nunca ha pretendido involucrarse en ella. Él asegura que nunca le dieron ganas de seguir una carrera en ese ámbito, pues su formación es eminentemente técnica: “Fue clave trabajar en el Banco Central, porque eso definió mi forma de actuar y mi personalidad”, dice.

Miembro también del directorio del Banco de Chile, es amigo de importantes políticos de la derecha, como Juan Andrés Fontaine, Jovino Novoa y el propio Presidente Sebastián Piñera. Garcés cuida de su exposición pública para poder mantener su independencia de ideas, que muy pocos conocen realmente.

Sobre el autor: Matías Peralta es alumno de cuarto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas. Las fotos son de Constanza Rodríguez, alumna del curso Taller de Fotografía Periodística, dictado por la profesora Consuelo Saavedra.