Por Josefina de la Fuente/Fotos: Josefina de la Fuente y Javiera Zaccarelli

Ese 28 de septiembre de 2014 fue histórico. Tras dos años sin público, la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, reabrió las puertas del Teatro Oriente, para una función de La pérgola de las flores. El establecimiento sería el nuevo y único teatro municipal de la comuna.

Pero tras esa primera actividad, no alcanzó a llegar una segunda y las puertas del recinto se cerraron durante dos meses, otra vez. El municipio había advertido que se harían reparaciones en el espacio y que la inauguración definitiva sería en marzo de 2015. Pero no ha sucedido hasta hoy. La razón: según el presidente de la Comisión de Cultura de Providencia, Jaime Parada, el retraso es consecuencia de una serie de decisiones desafortunadas.

Las malas decisiones

En agosto de 2014, tras la firma del traspaso del inmueble, la alcaldesa Josefa Errázuriz escogió a quienes se encargarían de dar vida al proyecto Teatro Oriente. Fue entonces que, según el ex director de la Fundación Cultural de Providencia, Eugenio Llona, se tomó la primera decisión que obligaría, meses después, a retrasar la apertura del espacio.

El recinto del teatro le pertenece al Instituto de Previsión Social (IPS) desde 1933. En 2011 este organismo entregó en comodato el espacio al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, que anunció que el lugar requería un nuevo gestor. Luego de una licitación temporal otorgada a privados, el Consejo comenzó, en diciembre de 2012, la búsqueda de una nueva dirección.

En esa fecha llegó a la alcaldía de la comuna Josefa Errázuriz; junto a Eugenio Llona, en ese entonces, encargado de cultura de la municipalidad. Apenas se instalaron, el equipo de cultura decidió participar en ese primer concurso de 2012 y en el segundo de abril de 2013, para ganar la licitación.

La municipalidad no ganó ninguno de los dos concursos. Sin embargo, cuando llegó al gobierno Michelle Bachelet, Providencia consiguió acordar con el IPS en 2014 un convenio que, según el administrador del contrato, Jorge Villegas, incluía la propuesta de un plan de mejoras y de recuperación del espacio artístico.

 

El teatro es de Providencia

A esas alturas Llona ya era director de la nueva Fundación Cultural cuyo objetivo era dirigir el área artística de Providencia y quedarse con el teatro. Pero la alcaldesa, en cambio, le entregó la gestión a Administración Municipal y, según Llona, se enteraron de la marginación por la prensa.

Eugenio Llona había desarrollado un Plan de gestión para el Teatro Oriente; y a su juicio, si la alcaldesa hubiese utilizado ese plan se habría evitado el bloqueo de recursos que congelaron el avance del proyecto.

Con el tiempo, el ex director cree haber entendido la primera estrategia de Errázuriz: “para la rapidez de las cosas no había que reconstruir el teatro desde un proyecto. Se trataba de echarle una manito de gato. Que la opinión pública se enterara de que estaba en funcionamiento y sobre la marcha dar una programación. A mí me parece más profesional lo primero, pero me parece legítimo lo segundo, en el sentido de que los regímenes duran cuatro años”.

La unidad de la municipalidad que quedó a cargo del teatro, no tenía la función de llevar a cabo un proyecto artístico. Esto último lo confirman Paulina Brito y  Andrea Herrera, las responsables de esa unidad en el municipio. Según ambas, ellas siempre supieron que su labor sólo estaba remitida a la restauración del lugar.

Guiadas por el Departamento de Asesoría Urbana llegaron a la Comisión de Cultura en diciembre de 2014. El objetivo era conseguir $200 millones para la reparación material de corto y mediano plazo. “Presentamos un proyecto sólo para reparaciones físicas, era para ponerlo un poco más moderno. Pero ellos lo ligaron a un proyecto cultural y dejaron los fondos supeditados al desarrollo de ese proyecto cultural para el teatro”, aclara Paulina Brito.

Para la cuenta pública de Josefa Errázuriz en 2014, las butacas fueron cubiertas por una funda roja.

Eso provocó la descoordinación más relevante para cumplir con los plazos establecidos. Desde la perspectiva de los concejales, la idea de reparar el lugar sin un proyecto cultural no era viable ni responsable. Acto seguido, la comisión les dio un cuarto del presupuesto y mantuvieron, hasta el 21 de abril de 2015, el resto congelado, a la espera de que se concretara un proyecto cultural.

“Yo como concejal no estoy dispuesto a pasar ningún peso sin un proyecto cultural sólido. Creo que Administración Municipal falló en no haber hecho uno en el mismo momento en que solicitaban el comodato. Todo es un enredo”, critica el concejal Jaime Parada.

En total se aprobaron $51 millones y hasta fines de marzo se habían usado $37 millones para el mejoramiento de la gasfitería, la iluminación y la habilitación de camarines y baños. Las butacas, sin embargo, siguen dañadas, como también los espacios subutilizados de los pisos superiores.

Para Josefa Errázuriz, la gestión fue correcta: “No es un error, cada cosa tiene una maduración en un gobierno comunal, todo es actividad”. Según la alcaldesa, el Teatro Oriente no ha estado abandonado; así lo hizo saber a los vecinos de Providencia el martes 28 de abril cuando decidió abrir su cuenta pública con una foto del recinto, en la ocasión dijo: “Centro cultural histórico de la comuna, un espacio de lujo para las actividades culturales y sociales organizadas por el municipio. El recinto ya ha estado con un calendario de actividades permanente”.

La  cartelera del recinto no es gestionada por la administración del municipio. Lo hace Javier Deramond, director de Juventud Providencia y su aporte a la oferta cultural llegó por azar.

El 27 de noviembre pasado se quemó su anfiteatro en Manuel Montt y así, su desgracia se transformó en fortuna para la, hasta ese entonces, inexistente oferta del Teatro Oriente. La cartelera esporádica de Deramond y los intermitentes espectáculos de algunas unidades de la alcaldía, no se ajustan a lo que prometió la alcaldesa cuando firmó su traspaso: una cartelera integral, con alta tecnología y estándares internacionales.

La tercera es la vencida

Primero fue diciembre de 2014, luego marzo y ahora, la inauguración del teatro está programada para octubre de 2015 según la alcaldesa. Pero esta vez Jaime Parada, Javier Deramond y Administración Municipal, creen que será la definitiva.

En marzo asumió Fernanda García como directora de la Fundación Cultural, en reemplazo de Eugenio Llona, quien renunció en febrero de 2015. Apenas llegó al municipio, a García se le encargó que buscara la forma de hacer avanzar el estado del teatro. El 21 de abril presentó a la Comisión de Cultura un proyecto, que consiguió la liberación del pago requerido para restaurar el recinto.

“Hay temas a los cuales hay que dar tiempo, primero que todo, tenemos que trabajar en arreglar el teatro. El teatro se ha usado para actividades de juventud y adulto mayor. Ahora realmente se va a cerrar para poder hacer reparaciones, gracias a que el concejo municipal aprobó recursos y en octubre se abrirá”, aseguró la alcaldesa.

Lo dijo tras saludar a cientos de vecinos que la escucharon, durante más de una hora, repasar su gestión 2014 sentados sobre la funda roja que disimula por completo las raídas telas que cubren las 1.039 butacas del teatro, que aún mantiene, en la entrada, los logos empolvados de los privados que lo administraban hace treinta meses.

 Sobre la autora: Josefina de la Fuente es alumna de cuarto año de periodismo  y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita impartido por la Profesora Gloria Faúndez. El reportaje fue editado por Matías Rivas como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa Escrita impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.