Por Diego Escobedo
La película Knock Knock pertenece al proyecto impulsado por los cineastas Nicolás López y Eli Roth denominado por ellos como Chilewood y que consiste en filmar en Chile películas de factura norteamericana concebidas para ser comercializadas en mercados internacionales. En esta ocasión con López como coguionista y productor, y Eli Roth en la silla del director.
El protagonista y caballo de batalla de la película es Keanu Reeves, la estrella de Hollywood cuyo paso por Chile fue ampliamente cubierto por los medios de comunicación durante el periodo de filmación de la película en una casa de Chicureo.
P
ara esta cinta, el actor de la trilogía Matrix se pone en la piel de Evan, un arquitecto y padre que vive en Los Angeles, que se queda solo en su casa mientras su familia pasa el fin de semana en la playa. La tensión comienza cuando dos atractivas jóvenes -la chilena Lorenza Izzo y la cubana Ana de Armas- tocan a su puerta para pedirle ayuda en medio de una lluviosa noche. Tras mucho insistir, logran seducirlo y acostarse con él. Al día siguiente las chicas rehúsan irse de la casa. Las jóvenes eran dos sádicas sicópatas.
En Knock Knock la acción arranca recién a los cuarenta minutos de la película. No obstante, hay que tomar en cuenta que es requisito de un thriller construir una atmósfera ad hoc.
Estamos ante una película de cine B, que logra mantener al espectador inmerso hasta el final. El argumento es simple, parecido al de Hard candy y al igual que en la película Los extraños no quedan claras las motivaciones de las villanas.
Este es uno de los pocos filmes en que se ve a Reeves salir de su registro estándar de personaje de acción de rostro pétreo e imperturbable. Aquí no sólo es un personaje más humano y susceptible al error, sino que lo vemos quebrarse y estallar en ira y desesperación bajo la tortura de sus victimarias.
Ignacia Allamand muestra una mejor pronunciación del inglés del que se podía apreciar en Aftershock; y Lorenza Izzo repite su papel de Qué pena tu boda como la chica sexy y manipuladora, pero esta vez con tintes más sádicos.
La banda sonora es ecléctica, desde los Pixies hasta Francisca Valenzuela. Destaca el diseño y la decoración de la casa, propios de un fanático de Antoni Gaudí.
Destaca lo creíble de la mimetización del barrio alto de Santiago con los suburbios de Los Angeles, aprovechando el paisaje seco y montañoso común a ambos territorios.
A diferencia de Los 33, también filmada en Chile, en la que se aspiró a una mezcla sincrética entre Chile y su cultura, con los códigos y la factura de Hollywood, Knock Knock es una película norteamericana, hablada en inglés, que incidentalmente tiene actores chilenos y fue filmada en Chile, pero el país no tiene relevancia en el desarrollo de la historia.
Destaca lo creíble de la mimetización del barrio alto de Santiago con los suburbios de Los Angeles, aprovechando el paisaje seco y montañoso común a ambos territorios. Aquí destaca el buen ojo de López para escoger locaciones. Si en su trilogía Qué Pena… logró mostró un Santiago turístico , en Knock Knock logró trasladar a la comuna de Colina la atmósfera de terror y encierro de los suburbios americanos, tan característica de películas de terror como Pesadilla en la calle Elm.
El resultado es creíble, atrapante y sin excederse en la sangre, aterrador.
Trailer de la película
Sobre el autor: Diego Escobedo es alumno de cuarto año de Periodismo y escribió este artículo como colaborador de Km Cero.