Por Valentina Proust/Ilustración: Mathias Sielfeld

La llamada Ley del Telonero, que fue aprobada en la Cámara de Diputados el 31 de marzo, propone que siempre haya un artista chileno como telonero antes del show de un músico internacional. De no ser así, la productora deberá pagar una multa que va entre los 50 y 100 UTM y no podrá acogerse al beneficio de exención de IVA.

Ramón Farías, diputado PPD y propulsor de la nueva ley, dice que la motivación tras esta normativa es evitar las malas prácticas de las productoras que, según él, hacen una exención de IVA al usar la figura de un “evento cultural”, rótulo entregado por el Ministerio de Educación como una forma de promover los espacios culturales.

“El ciudadano promedio cree que está frente a una industria de permanente esplendor y está claro que no es así”, dice Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Productoras.

“Viene Madonna y la productora se junta con la Embajada de Estados Unidos, que les firma un documento de respaldo y lo pasan como espectáculo cultural. Al final la productora sólo se promociona a sí misma y se ahorra el impuesto tributario”, indica el diputado Farías. Al usar esta figura jurídica, las productoras quedan exentas de pagar el IVA. Para el parlamentario la imposición de la presencia del telonero chileno viene a ser una forma de retribuir al país los ingresos que se llevan las productoras.

“El ciudadano promedio cree que está frente a una industria de permanente esplendor, de abundantes recursos y éxito en cada emprendimiento y está claro que no es así”, dice Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Eventos en Chile (AGEPEC). Para él uno de los mayores vacíos de la nueva legislación es que no están considerados los gastos de incorporación de un telonero, donde se incluyen pasajes, hoteles e insumos, que son una carga económica más. La asociación señala que esto llevaría a tomar medidas que van desde reducir la calidad de los espectáculos hasta un aumento en el valor de las entradas.

“Si creas una obligación, estás potenciando la flojera y el vicio en la industria”, argumenta Jorge Hurtado, director de la productora Chargola.

Las productoras grandes, como DG Medios o La Oreja, han dicho que la ley no les impactará en gran medida, ya que cuentan con un cartel atractivo para el público, que compensa el costo del telonero con los ingresos de las entradas. “Nos atendremos a la ley y a la incorporación, en la medida que el formato lo permita”, advierte Rodrigo Martínez, media manager de DG Medios. Existen artistas que no tienen dentro de sus espectáculos espacio para la incorporación de un telonero, por lo que dependerá de ellos la disposición de incluir a las bandas chilenas.

“Todas las bandas tienen que ganarse su espacio. Si tú das condiciones para que las bandas se potencien, van a crear mejor música. Pero si creas una obligación, estás potenciando la flojera y el vicio en la industria”, explica el director de la productora independiente Chargola, Jorge Hurtado. Para él, que las bandas nacionales tengan asegurado el espacio antes de los conciertos de artistas extranjeros puede llevar a que no compitan e innoven a nivel musical.

La ley aún debe ser discutida en el Senado.

Una revisión al impuesto de las entradas, una mayor regulación a la cantidad de conciertos y más apoyo para el desarrollo de la cultura son las soluciones que plantea el director de Chargola. Sólo así, asegura, al privilegiar mecanismos culturales en vez de legales, se podrá fomentar la música chilena.

La ley será discutida en el Senado bajo “urgencia simple” y el 8 de abril se presentó en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Cámara.

Descenso en la rentabilidad de los conciertos

Los conciertos son el segundo tipo de eventos culturales que concentran mayor asistencia de público (2 millones de espectadores al año según la AGEPEC). El alza del dólar y la reducción de venta de entradas en un 10% desde el 2012 han puesto en aprietos a las productoras.

Rodrigo Martínez, media manager de DG Medios, asegura que las pequeñas y medianas productoras podrían verse obligadas a reducir sus eventos para financiar los nuevos gastos o pagar la multa, lo que finalmente agudiza la brecha con las grandes empresas. “Si esta actividad cae un 50% dejamos 35.000 a 50.000 personas cesantes”, agrega Martínez sobre las consecuencias que podría generar la Ley en la industria y la producción de conciertos.

Sobre la autora: Valentina Proust es alumna de quinto año de Periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por el Profesor Andrés Almeida. El artículo fue editado por Juan Pablo Casado, alumno de último año de Periodismo, como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa Escrita impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.