Texto y fotos por José Manuel Vilches

Una bandera chilena cuelga desde el segundo piso del 1959 de la calle Compañía, entre avenida Brasil y Almirante Barroso. De ocho ventanas, cuatro están protegidas con latones, rejillas de alambre y una plancha de trupán. Hay pedazos de vidrio en el suelo y una esvástica grafiteada tachada en su pared. La casa neoclásica pertenece a Mario Barrientos (73), su único residente y creador de Partidarios por la Defensa de Chile (Padechi). Para algunos vecinos es conocida como la casa nazi.

El 22 de agosto empezaron a circular por Twitter fotos del centenario domicilio. En ellas se mostraba su frontis con cinco carteles rojos colgados en el segundo piso, uno al frente de cada ventana. Los letreros, de un metro por un metro, contenían distintas cruces dextrógiras. Símbolos budistas muy parecidos a la esvástica nazi, pero con sentido inverso. Al medio, entre las cruces, había un cartel rectangular, con dos corazones pintados como la bandera de Chile, que decía: “WWW.PADECHI.CL PART. DEFENSORES DE CHILE”.

“Nadie entendía”, dice Mario Barrientos y agrega: “Yo expliqué una o dos veces en la calle, no más tampoco, que circulaban en sentido contrario al reloj. Eso no es nazi, por el contrario, es antinazi”.

Barrientos no se arrepiente de lo que consideró un “ejercicio esotérico”. Concluye que lo bueno de esta experiencia es que logró ver hasta dónde llega la fuerza esotérica. “Nunca había pasado en Chile que se encontraran la fuerza del bien contra la fuerza del mal. Y esta es la primera vez que acontece en Chile. Los de la fuerza del mal se dieron cuenta que existía una lucha, no política, sino esotérica”, dice Barrientos.

Padechi, una filosofía nacionalista

Mario Hugo Barrientos Maturana, nieto de un ex capitán de fragata de la Armada de Chile, vive en el Barrio Brasil desde los siete años. Se tituló de médico veterinario en la Universidad de Chile, se casó y divorció. Hace cuatro años escribe, edita y financia el periódico Viva la Patria, y hace dos, Los Patriotas. Medios en los que ha gastado unos $60 millones y que paga con el dinero obtenido por la venta de unas propiedades en Talca.

“Nadie entendía”, dice Mario Barrientos y agrega: “Yo expliqué una o dos veces en la calle, no más tampoco, que (las esvásticas) circulaban en sentido contrario al reloj. Eso no es nazi, por el contrario, es antinazi”.

Los ejemplares, que varían entre 1.000 y 2.000 copias por edición, son vendidos en kioscos de la calle Portugal, el Paseo Ahumada y el Cerro Santa Lucía, entre otros. Además, envía ejemplares a Valparaíso, Quilpué y Villa Alemana. Ediciones que reparte él mismo cada tres meses. Barrientos reconoce que tienen poca difusión y que nunca ha recuperado la inversión.

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Mario Barrientos lee el último número de Los Patriotas, diario que él mismo edita.

 

Eduardo (73) es el dueño de uno de los kioscos que vende estos periódicos, ubicado en Alameda con Portugal. En 2013 conoció a Barrientos cuando éste le ofreció vender sus periódicos en el local. Él sólo se cuestionó si el medio tenía permiso de circulación. “Es cuestión de cada uno, si a nadie lo están obligando a comprarlos. Por algo uno los cuelga, si te interesan o no”, asegura el comerciante, que vendió ocho de los 15 ejemplares de Los Patriotas que compró en junio, su última edición. Agrega que sólo cuenta con un cliente estable.

Al ingresar al sitio web padechi.cl, que a la fecha según Barrientos lleva más de 1.800.000 visitas, es posible encontrar un video llamado El mayor genocidio en la historia del mundo; donde Barrientos acusa a los médicos judíos de haber ocultado la cura para el cáncer a todo aquel que no pertenece a su pueblo, dejando morir a cerca de dos mil millones de personas. También recomienda averiguar los dos apellidos del doctor antes de atenderse por esta enfermedad, y sentencia a la religión judía como ilegal y criminal.

El orador del video con más de 5 mil reproducciones, desmiente que esté promoviendo la ideología nazi. “La palabra nazi es una palabra del pasado. Esto es un nacionalismo internacional, que no es nazismo, porque nazista eran los partidarios de Hitler”, dice Barrientos y agrega: “Padechi es una filosofía nacionalista que se comparte a través del mundo y que defiende los intereses de Chile: la patria, los héroes, la etnia”. Según esta ideología, la patria debe ser el hogar de cada chileno, y éste debe sentirse integrado a su nación. Las riquezas naturales deben ser recuperadas, al igual que la justicia, los emblemas patrios y lo que Barrientos considera “valores antiguos”, como la familia, las costumbres y la etnia.

A la fecha, Padechi no es un partido político oficial. Barrientos, tras estudiar con un abogado la posibilidad de inscribirlo en el Servicio Electoral no lo formalizó, pues se negó a firmar que estaba de acuerdo con la Constitución. Para él, esta debe ser cambiada completamente. “No hay nada bueno en ella. Con esta legislación se han hecho multimillonarios con los bienes de Chile. Todos los presidentes han entregado millones de dólares al extranjero”, argumenta Barrientos.

Reacciones negativas

En las ocho cuadras que rodean al domicilio hay seis restoranes chinos y cuatro peruanos, 11 bares, cinco salas cuna, cuatro hostales y un supermercado.

“Su propaganda quebranta los valores fundamentales de la convivencia humana, que es el sentido último de los derechos del hombre”, establece el abogado Hiram Villagra.

Camila Olmedo (22) es de Talca y arrienda un departamento en la esquina de Maturana y Plaza Brasil. Es lesbiana. El 22 de agosto, al medio día, se dirigió a comprar pan al supermercado Tottus de la calle Compañía, cuando se percató que había carteles rojos en la fachada oscura de una antigua casa. “Un grupo neonazi”, pensó. La joven apuró el paso, compró y se devolvió a su departamento. “El primer rollo que me pasé fue mi seguridad y la de mi pareja. Tengo una polola hace un año y cuatro meses, y nunca hemos tenido atado con demostrarnos cariño en público. Fue tema, porque además viven hartos extranjeros aquí”, cuenta Olmedo, quien tras conversarlo con su pareja, prefirieron no alarmarse.

El 28 de agosto, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MovilH), con parlamentarios y representantes de la Comunidad Judía de Chile, pusieron un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago exigiendo el cierre de la página y el término de comercialización y publicación de los periódicos, respaldándose en la Ley Zamudio y la Ley 19.733, que regula el deber de los medios de comunicación de no tener mensajes de odio.

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Barrientos habita desde los 7 años esta casa del siglo XIX, de estilo neoclásico.

“La ideología que presenta está en contra de los judíos, de los inmigrantes y los homosexuales”, dice Oscar Rementería, vocero del MovilH. “Siempre que hemos luchado por materias de discriminación, hemos tratado de que sea por la mayor cantidad de población vulnerable”, añade en relación a las afirmaciones de Barrientos en su página web, donde en la sección Defensores de Chile dice que los homosexuales padecen una enfermedad genética, que no deberían contraer matrimonio, y que su anormalidad debiese asumirse en un ambiente de privacidad para así ser respetados.

“Aunque sea una organización informal, no quiere decir que no exista”, advierte el abogado Hiram Villagra. “Su propaganda quebranta los valores fundamentales de la convivencia humana, que es el sentido último de los derechos del hombre”, establece el especialista en derechos humanos, quien sumó una demanda a las 21 que van este año por Ley Antidiscriminación (el año pasado hubo 56).

Una agrupación informal

Sara Ahumada (70) preside la Junta de Vecinos de Santa Ana hace 17 años. La llamaron de la Municipalidad de Santiago un día que recibieron informes de que la casa había sido apedreada. “Me preguntaron si había algo de nazi o neonazi y si es que pertenecía a mi sector. Les dije que sí era del sector y fui a mirar si habían rayado o algo, si estaba cubierto de panfletos, puesto sillas en la ventanas, pero no había nada”, dice mientras hojea una edición de Viva la Patria a los pies de la iglesia de Santo Domingo. “¡Aaah, este muchachito quiere arreglar el mundo!”, se sorprende, tras leer el anexo del programa de gobierno de Barrientos. La Alcaldía de Santiago no encontró ningún antecedente de destrozos.

“Partí inmediatamente, porque pensé que estaba preso. Sin ningún cuidado, sin importar que me sacaran fotos”, dice Miguel Amaro (60), ingeniero eléctrico con postgrado en la Universidad de Düsseldorf, cuando vio la casa de su amigo Mario en las noticias. El hombre ayudó al anciano a cubrir sus ventanas con rejillas, le habían tirado piedras a la casa, a las tres y a las diez de la mañana. Ese mismo día le dibujaron un emblema nazi real al lado de la puerta. Tuvo que retirar los carteles.

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Mario Barrientos explica que su ideología no es nazi, sino nacionalista, mientras que sus amigos insisten en que Padechi no es una organización formal.

Amaro aclara que, contrario a lo que muchos piensan, Padechi no es una organización formal y son sólo unos pocos amigos del dueño de casa los que se reúnen. “Es un intento de crear o de aglutinar gente en torno a una idea de reivindicación de valores y justos anhelos que han quedado postergados en nuestro país. No es un grupo con directiva, más que un partido es una idea”, explica Amaro.

Vecinos de la casa en Compañía señalan que Mario Barrientos es una persona inofensiva y amena y confirman que su ideología es de corte nacionalista. “Él me trae su diario y me dice que es nacionalista, porque quiere que nuestra patria surja”, cuenta Nancy Valenzuela, dueña de la verdulería Vega Chica. “Da gusto hablar con él, nos pide la opinión y a veces se anticipa a lo que va a pasar. Yo estoy de acuerdo, por ejemplo, con algunas ideas de su diario como la de ponerle impuestos a los sueldos que salen de acá de Chile y se usufructúan en el extranjero”, opina la comerciante.

La última edición

Si bien no sabe cuándo ni dónde, Barrientos guarda apiladas las hojas para imprimir el número seis y final de Los Patriotas. La denuncia del MovilH lo ha disuadido de sacar más ediciones. En ella revelará una logia masónica que dirige la economía de Chile, se quejará contra la restricción a sus medios y publicará 70 puntos en un suplemento llamado Programa de los nacionalistas del pueblo chileno, que supone ser su pre-candidatura presidencial.

“No quiero provocar”, señala Barrientos mientras quita la bandera del balcón. Es 11 de septiembre.

Sobre el autor: José Manuel Vilches es alumno de cuarto año de periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por el profesor Eduardo Miranda. El artículo fue editado por Diego Escobedo en el Taller de Edición en Prensa impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa.