Por Valentina Ortiz/Fotos: Gentileza La memoria del agua

La memoria del agua es el quinto largometraje de Matías Bize (36) y el cuarto en el que colabora con el guionista Julio Rojas. Su director tardó cinco años en realizar la película y el jueves se estrenó finalmente en el marco del Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC). Además a fines de julio se confirmó su lanzamiento internacional en la versión N°72 del Festival de Cine de Venecia, que comienza la primera semana de septiembre.

La película narra la historia de una joven pareja, compuesta por Javier (Benjamín Vicuña) y Amanda (Elena Anaya) que luego de la muerte de Pedro, su único hijo, deben luchar por mantener su relación o seguir caminos separados.

El amor parece ser el elemento en común que une todos los trabajos de Bize. Es la materia prima de sus historias. Sábado (2002), su primer largometraje, cuenta la historia de una mujer que se entera a horas de casarse que su novio tiene una amante. En cada uno de sus siguientes trabajos se concentró en una etapa del desarrollo de una relación. En la cama (2005) muestra cómo nace el amor en una pareja, Lo bueno de llorar (2006) cómo se termina y La vida de los peces (2010) presenta la posibilidad de un reencuentro. Aunque La memoria del agua trata sobre la muerte de un hijo y cómo la enfrenta una pareja, es también y principalmente una historia de amor.

El director describe la situación que viven los protagonistas de la cinta como una "bomba atómica".

El director describe la situación que viven los protagonistas de la cinta como una “bomba atómica”.

El director ha declarado en más de una ocasión que utiliza su vida personal como inspiración para crear sus películas. En este caso es difícil identificar el origen de esta historia, porque Bize no es padre. “No tengo hijos, pero sí me pregunté que me pasaría a mí. Tengo una relación estable y pensé en qué pasaría con mi relación si me sucede una bomba atómica como la muerte de un hijo”, explica el cineasta.

El director dice que la película no busca ser un libro de autoayuda sobre el tema. Por esa razón la muerte del hijo está fuera de campo y sirve para propiciar la acción, pero el foco está en la pareja. “La película es una historia de amor atravesada por una tragedia”, la define Bize.

“No tengo hijos, pero sí me pregunté que me pasaría a mí. Tengo una relación estable y pensé en qué pasaría con mi relación si me sucede una bomba atómica como la muerte de un hijo”, explica el cineasta.

Durante los casi 90 minutos del filme jamás vemos a Pedro, el hijo. “Me parece mucho más interesante que todas esas personas se imaginaron a su propio Pedro. Yo cuando voy al cine también espero eso, una película que me haga poner de mi parte para completar la historia”, explica Matías.

Lo que sí vemos es el duelo, el dolor de los protagonistas se refleja en cosas simples como el desafío de comprar un regalo para un niño de la misma edad que Pedro. Los personajes están en una constante disyuntiva entre tratar de mantener vivo a su hijo a través de los recuerdos o tratar de olvidar, porque recordar duele demasiado.

La película fue co-escrita con Julio Rojas, colaborador habitual de Matías Bize.

La película fue co-escrita con Julio Rojas, colaborador habitual de Matías Bize.

Esta disyuntiva marca la actitud que ambos protagonistas van tomando durante el duelo. Amanda no está dispuesta a olvidar a su hijo y estar con Javier significa eso, por lo mismo decide alejarse de él. Javier, por su lado, busca recuperar a Amanda, ya que siente que necesitan estar juntos en esto. Es lo que él siente que hubiese querido Pedro. El desafío es si podrán superar la situación o seguirán caminos separados.

Matías Bize ha ganado más de 80 premios, entre ellos la estatuilla del Goya a mejor película con La vida de los peces y la Espiga de oro en el Festival de cine de Valladolid por En la cama. “Tengo la suerte que mis películas se venden afuera. No sólo en festivales, sino que también comercialmente y con La memoria del agua siento que debería pasar eso y más”, dice Bize.

El director afirma que este es su mejor trabajo, según él es su película más madura, profunda y emocionante. Espera que le vaya muy bien, no sólo a nivel internacional, sino que anhela que ese éxito se replique en Chile. “Ojalá que la película conecte con mucha gente. No solamente que vayan quienes ya han visto mis otras películas, sino que también otro público”, expresa Matías.

Para Bize La memoria del agua es su mejor película hasta ahora.

Para Bize La memoria del agua es su mejor película hasta ahora.


El año de las buenas películas

En 2015 la industria ha contado con destacados estrenos como El bosque de Karadima, que en cinco semanas superó los 275 mil espectadores, El club que fue exhibida en el Festival de Cine de Berlín y obtuvo el premio del jurado y Allende mi abuelo Allende, que fue premiada en el Festival de Cannes con el Ojo de oro al mejor documental. Frente al prestigio que el cine chileno ha ido ganado estos últimos años, el director reflexiona: “creo que lo importante no es sólo ir a ver cine chileno porque es cine chileno, sino que ir a ver buenas películas, y si esas películas son chilenas, mejor todavía”.

Trailer de La memoria del agua

Sobre la autora: Valentina Ortiz es alumna de quinto año de Periodismo y escribió este artículo como colaboradora de Km Cero.  El artículo pertenece a un ciclo dedicado a presentar el trabajo detrás de los estrenos del cine chileno.