Cindy Chinga

Naschla Aburman (24) es la apuesta de sucesión de la Nueva Acción Universitaria para la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en 2014.Nacida en Linares, Aburman cursa segundo año de pedagogía general básica y quinto de arquitectura y dice ser parte de la experiencia de “lo malo” del sistema.“Entré estudiando con becas de residencia, después Fondo Solidario, ahora otro crédito”, dice.

De ganar la segunda vuelta frente a la lista 1A del gremialismo, ella se convertirá en la segunda mujer al frente de la Feuc, pues la primera fue la gremialista Francisca Correa en 1996:

—Creo que ha habido un avance en cuanto a la inclusión de las mujeres en política–dice–, pero falta avanzar en entender que los cargos o los trabajos importantes se deben elegir por capacidades y el problema es que las capacidades de las mujeres se ponen en duda por su género. Creo que las mujeres tenemos un enorme aporte que hacer y muchas veces se les menosprecia solo por nuestra cultura.

—¿Qué ofrece NAU a la Universidad Católica en 2014?
—Queremos seguir avanzando en la construcción de una UC democrática, abierta e inclusiva, haciendo parte de estos procesos a todos los miembros de la comunidad universitaria. El próximo año hay elección de rector y se establece el plan de desarrollo de la UC para los próximos cinco años. Creemos que trabajadores, estudiantes y profesores debemos trabajar en conjunto para determinar entre todos cómo es la UC que soñamos y cuál es la universidad que queremos.

—¿Crees ser la mejor candidata para ganar la presidencia?
—Creo que el NAU es el movimiento indicado para liderar desde la Feuc y la Consejería Superior. Somos un movimiento que ha cuestionado siempre todos los espacios en la universidad, pero no nos quedamos en la crítica, sino que estamos constantemente proponiendo nuevas formas de hacer las cosas.

—Haciendo un balance de la labor de NAU en la UC, ¿por qué seguir al mando de la Feuc?
—Creo que se levantaron procesos muy importantes, con participación de toda la comunidad y distintos sectores en el país. Sin embargo, ese trabajo no se ha visto reflejado en las estructuras de la universidad ni del país. Este año será fundamental para concretar estos cambios.

—¿Y qué pasa cuando ves a exdirigentes estudiantiles del NAU con candidaturas al parlamento, como Giorgio Jackson?
—Ellos siguieron su propio camino y me parece muy bien que sigan luchando por transformar el país desde otros espacios. Pero los exdirigentes no son el movimiento estudiantil, el movimiento le pertenece a todos los actores involucrados. El movimiento estudiantil no tiene candidato, por eso seguiremos marchando y problematizando como lo hicimos en 2006 y los últimos tres años.

—De resultar electa, ¿cómo debe enfrentar la UC el próximo año? ¿Seguirías por el camino de la protesta social por la educación?
—Sí, de todas maneras. Nuestra movilización ha cambiado el límite de lo posible a nivel nacional y entendemos que estos cambios se concretarán si seguimos organizados y movilizándonos. Además debemos soñar y darle cuerpo al modelo educativo que queremos. Eso se logra con mucho trabajo, discusión entre distintos actores sociales y generando insumos como el documento Confech de este año. La UC debe seguir siendo parte del movimiento social, no podemos ser la nota disonante, tenemos que salir nuevamente a las calles a decir lo que no nos gusta.

—¿Por quién vas a votar en las próximas elecciones presidenciales?
—El próximo año será el año en el que se concreten las propuestas del que sea el candidato electo. Sea quien sea el presidente, vamos a seguir exigiendo que se cumplan nuestras demandas, desde las calles y desde las propuestas. En el NAU decidimos no apoyar a ningún candidato. Personalmente voy a votar, pero aún no tengo muy claro por quién, pero no lo haré por la derecha. Dentro de los demás candidatos hay algunos programas que se acercan a lo que propone el movimiento social, pero no hay nadie que explique exactamente cómo lo quieren lograr. Los candidatos se han quedado en propuestas generales sin explicarnos cuáles serán sus medidas concretas.

—¿Quién se asemeja más a las peticiones que exigen los estudiantes?
—La mayoría de los candidatos, a excepción de Evelyn Matthei, tienen en sus propuestas algo que se acerca a lo que busca el movimiento estudiantil. Pero yo siento que los candidatos tomaron lo que leyeron en nuestras pancartas y lo pusieron en su programa. Sin embargo, no he visto aún una profundización, no he visto el cómo lo vamos a lograr.

—¿Cuáles son tus expectativas del próximo Gobierno?
—Lo ideal sería un Gobierno que abra los espacios para concretar las demandas ciudadanas y que, junto con todos los actores sociales involucrados, trabaje en la construcción de un nuevo modelo político y socioeconómico. El riesgo es que se hagan ajustes superficiales y que no cambien los reales problemas del modelo heredado de la dictadura. Si se hace a puertas cerradas no sería difícil que se dé ese escenario.

—¿El próximo año debe haber una respuesta concreta a sus demandas?
—Sin duda. Esperamos que sea una respuesta concreta. Ya no estarán buscando votos sino que tendrán que concretar sus voluntades. Los candidatos ya han tenido el tiempo para escuchar a la ciudadanía y sus propuestas, lo que esperamos el próximo año del presidente y de los parlamentarios es que las concreten. Y esto solo tendrá valor en la medida de que se considere a todos los actores sociales.

—Bachelet propuso educación superior gratuita en un máximo de seis años, ¿qué te parece?
—El que los candidatos empiecen a incorporar nuestras demandas en sus propuestas es un triunfo del movimiento estudiantil. Pero Bachelet es de las que copió lo que salía en nuestros carteles y no nos ha dicho de qué manera concreta va a llevar a cabo lo que propone. Además, la Concertación ha adoptado varias medidas que son justamente contrarias a las que nos estamos movilizando, como el financiamiento compartido, el crédito con aval del Estado, el rechazo a la comisión de lucro. Por eso, no debemos ser ingenuos.

—¿Cómo explica los resultados de la primera vuelta y qué espera de la segunda? ¿Confía en un triunfo del NAU?
—Logramos el objetivo de pasar a segunda vuelta, pero es lamentable que hayan participado menos estudiantes. Estas elecciones tendrán incidencias en lo que vivamos como universidad y país, por una reforma educacional que se hará y la elección de un rector. Es clave buscar que los cambios profundos por los que hemos trabajado se concreten, y creo que esos cambios que han movilizado a todo un país siguen haciendo sentido en la UC.

—Tras las gestiones de Giorgio Jackson, Noam Titelman y Diego Vela, y a la luz de los resultados de la primera vuelta, ¿cree que el NAU ha comenzado a sufrir un proceso natural de desgaste?
—Las personas que estamos liderando este proceso de federación somos gente nueva con muchas energías y convicciones claras, nos queda mucho por hacer, más aún cuando se ha gestado un proceso a nivel nacional que cada vez tiene más poder para concretarse. Eso sí, creo que como NAU nos ha faltado asumir la crítica de una manera constructiva, buscar corregir errores en vez de defendernos de estos. Yo siempre he sido muy critica a los procesos que hemos tenido, pero por lo mismo es que asumo la responsabilidad de cambiarlos y avanzar en conjunto.

Sobre la autora: Cindy Chinga es alumna de quinto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas.