Texto y fotos por Juan Pablo Casado

Lo primero que llama la atención al peatón que pasa frente a la galería Véneto son las mesas llenas de libros usados. Su función es seducir al lector, acercarlo a las vitrinas de alguna de las más de diez librerías ahí ubicadas. Una de ellas, Las vocales de Rimbaud, tiene aquí dos de sus sucursales. Menos de cinco metros separan una de la otra.

Los dos locales son atendidos por un matrimonio de libreros que hace 20 años emigró de San Diego para instalarse en Providencia. Octavio Rivano, dueño de ambos locales, que se define como un “librero a tiempo completo”. Unos pocos metros más allá, su esposa Ana Luisa lee y escucha radio. Esperan clientes.

Existen varios tipos de lectores que acuden a Las vocales de Rimbaud. “Lo que más se busca son las historias de amor al estilo de Bárbara Wood”, asegura Rivano. También suelen concurrir madres que deben conseguir alguno de los libros obligatorios decretados por el MINEDUC para los escolares. En menor medida, los lectores más viejos se dan una vuelta y le preguntan a Rivano si les consiguió alguna antigua edición de Chejov, Dostoievski u otro texto escrito por los rusos canónicos.

El dueño de Las vocales de Rimbaud es hijo del dramaturgo y también librero Luis Rivano, de quién aprendió el oficio.

Al interior de Las vocales de Rimbaud el espacio se aprovecha al máximo: en menos de seis metros cuadrados se suceden columnas de libros, que se prolongan hasta rozar el techo. Justo ahí, en el cielo del local, una docena de firmas dejan testimonio de los autores que han visitado la librería. Un par de oleos y una máquina de escribir acompañan la escena.

La infancia de Rivano estuvo rodeada de libros. Este librero con más de 40 años de experiencia en el negocio, atribuye su pasión por la lectura a esa etapa de su vida. Su padre, el dramaturgo y narrador Luis Rivano, fundó una de las primeras librerías del centro de Santiago, que lleva su nombretodavía ubicada en San Diego 111.

Octavio Rivano lleva a su casa las ediciones más valiosas de los libros que llegan a su poder. “Esos prefiere no venderlos”, reconoce Ana Luisa. Hay dos que guarda con especial afecto, las primeras ediciones de la obra de Nicanor Parra y Pablo Neruda. “A los dos los conocí”, rememora Rivano, y agrega: “extraño la relación entre el librero y el autor, ahora ya no se da eso”.

El dueño de Las vocales de Rimbaud pone a disposición de los clientes sus conocmientos de literatura chilena.

El dueño de Las vocales de Rimbaud pone a disposición de los clientes sus conocimientos de literatura chilena.

El lector indeciso encuentra un guía en Octavio Rivano. La principal característica de Las vocales de Rimbaud es el conocimiento detallado de su dueño acerca de la obra de autores chilenos. Las diferencias entre distintas ediciones de un mismo libro, las obras más desconocidas de autores como Parra o Huidobro, además de detalles de su vida personal, son datos sobre los que Rivano se explaya ante los compradores. El dominio de la materia lo ha llevado a organizar, desde 1993, la feria del libro usado, con sede en la Universidad Mayor.

Octavio Rivano se encuentra fuera de su local hablando con un cliente, al que luego de un par de minutos despide con un apretón de manos. Callado reingresa a su librería. En el marco de la puerta permanece quieto. Su vista se fija en uno de los estantes más altos del recinto. Es una mirada serena que transmite orgullo. Pareciera decir tácitamente que para él Las vocales de Rimbaud no es más que una prolongación de su amor por la literatura.

Cómo llegar: Tomar el metro hasta la estación Manuel Montt y caminar hasta Providencia 1114.

Sobre el autor: Juan Pablo Casado es alumno de último año de periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa.