Para construir un mirador hubo que cambiar planos y perforar la torre completa. Hubo que picar las losas ya hechas para poder meter un ascensor en todos los pisos. Yves Besançon cuenta que Paulmann es de los que raya y dibuja planos junto a los arquitectos. El mirador fue una idea del empresario “para que la gente se sintiera parte de la torre”, pero la primera vez que la presentó al equipo de arquitectos la respuesta fue negativa. Según Besançon, cuando Horst Paulmann desecha una idea porque alguien le dice que no es posible, él la borra. Pero la del mirador resucitó.

César Pelli también tenía reparos acerca de construir el mirador. En el momento en que Paulmann le preguntó por la posibilidad del mirador, su negativa tuvo que ver con que sólo tres años antes había ocurrido el atentado a las Torres Gemelas de Manhattan. Sin embargo, la experiencia de subir al edificio cambió por completo su percepción. “Al subir una torre lo que domina es la expectativa de la vista y luego el panorama. Este es diferente en cada rascacielos y el que se ve desde la Torre Costanera es particularmente hermoso. Yo quedé prendado y podría haberme quedado horas gozándolo”, recuerda Pelli.

Para poder disfrutar de esa vista habrá ascensores express que irán directo hacia cada uno de los miradores: uno cerrado en el piso 63 y otro abierto en el piso 64. El acceso será desde el quinto piso del mall pagando un ticket, y estará abierto al público desde fines de 2014.

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Aunque Costanera Center se empezó a gestar en 1989, cuando Horst Paulmann comenzó a trabajar con la oficina de Yves Besançon para realizar el proyecto, el arquitecto no tuvo la sensación de triunfo hasta el momento en que subió a la cúspide de la torre. “Era notable haber llegado a los 320 metros de altura. Un arquitecto no saca nada con tener un container de portafolios con sus diseños. Cuando uno logra que este proyecto, en el que nuestra oficina está hace 24 años trabajando, llegue a término, es un éxito. Para nosotros llegar a la cúspide fue un episodio digno de aplausos”, dice. Ese día estaba despejado, podía ver Santiago en todo su esplendor desde la torre que él mismo había construido.

Sobre la autora: Carla Ruiz es alumna de quinto año de Periodismo y esta crónica es parte de su trabajo en el curso Taller de Crónica, dictado por el profesor Javier Fuica.