Por Rosario Góngora

Con 1136 votos más que la Nueva Acción Universitaria (NAU) –en total, fueron 12.982 los escrutados–, el pasado 28 de octubre el Movimiento Gremial (MG) quedó a la delantera en la primera jornada de votaciones de la elección Feuc 2015. Ricardo Sande, actual candidato presidencial de la lista 1A plantea que un cambio del mensaje de los gremialistas que representa, un NAU desgastado y nuevas ideas de transformación fueron las claves para que el MG ganara la primera vuelta.

—¿Qué los llevó a ganar por más de mil votos la primera vuelta?
—El hecho de que este año no fue un año fácil para la Feuc en general. Creo que su cercanía ideológica con el gobierno hizo ver a la Feuc incómoda tanto en la Confech misma como acá en la universidad, y eso creo que generó cierto rechazo o cierta incomodidad que la hizo tomar decisiones políticas erradas, que obviamente repercutieron en el pensamiento del estudiantado. Por otra parte, nosotros también hicimos una muy buena campaña en la cual después de muchos años supimos cambiar el mensaje. Eso sumado a la cantidad de gente que pudimos convocar antes de la campaña, generaron un equipo grande con buenas ideas.

—¿Cuáles son las principales críticas que le haces a la actual federación del NAU?
—Partiendo porque Naschla Abumran muchas veces emitió opiniones y después se desdijo generando una especie de desconfianza en el estudiantado. Por otra parte me tocó estar en los Consejos Feuc este año y finalmente la Feuc siempre tenía que tomar una postura política entre Solidaridad, el MG y Crecer no podía llegar a un consenso, entonces permanentemente estaban siendo pimponeados por los movimientos, y la elección de posturas finalmente no era la correcta. Por último siento que el proyecto El Plan de la Feuc que se pintó como un proceso que iba a ser casi que refundacional del NAU finalmente se tradujo en un encuentro universitario más de todos los años.

 —Por qué crees que el NAU no logró capturar una mayor votación este año?
—[el movimiento de izquierda] Crecer ha crecido mucho. Crecer nos tiene acostumbrados que cada año aumenta su votación en un 2%, y eso es a costa del NAU. Además, hay un desgaste natural que no es tan achacable al NAU. Yo no soy nadie para decirle al movimiento que después de seis años están desgastados porque finalmente es muy difícil que no lo estén. Yo creo que es un logro que tengan seis federaciones seguidas. En ese sentido también hay gente que nunca ha visto una Feuc distinta, entonces también está esa curiosidad de decir “oye, y si probamos dándole la oportunidad a otro”. Ese sentimiento creo que ya es algo patente y es algo que afecta a la hora de votar.

—¿Crees ser el mejor candidato para ganar la presidencia?
—Yo no tengo esa concepción de que hay un candidato perfecto, no me considero perfecto en lo más mínimo. Hay cosas que los anteriores candidatos tenían mejores que yo. Yo soy tartamudo y Alberto no, pero hay dos cosas mías que me han llevado donde estoy: la cercanía, y esto se vio cuando fui presidente del Centro de Alumnos de Derecho, porque soy una persona que siempre está conversando en los patios y eso creo que es muy bueno, sobre todo a la hora de hacer campaña. Y, además, soy bien esforzado, perseverante, ensayo harto los discursos, practico muchos los debates porque sé que tal vez puede ser un punto flojo mío, y en ese sentido siempre me he considerado un gallo que ve sus limitaciones como un desafío o como algo que mejorar. No doy pelea por perdida.

“Creemos que es muy importante hacer una reforma en el sistema de financiamiento de las universidades. Primero partiría por abolir el Consejo de rectores de las universidades chilenas (Cruch), me carga el Cruch, creo que es un cartel que solamente incluye universidades que se fundaron antes de cierto año y no dice nada más”.

—¿Qué cosas distintas ofrecería una Feuc gremial en la UC en 2015?
—Hay dos formas de verlo, una es la visión a nivel país. Yo creo que esté la lista 1A el próximo año, teniendo en cuenta la importancia de la reforma educacional, ofrece la oportunidad de ser una voz distinta, una voz que antes no había estado, una voz que efectivamente hace mucha falta, que quizás no tiene como prioridad la educación gratuita, sino que tiene como prioridad una educación de calidad, libre o de excelencia. Es un cambio de eje que se suma al debate nacional. Hay nuevas ideas sobre la mesa, no son los mismos dogmas que se siguen discutiendo desde el año 2011 y eso siento que puede ser nuestro aporte a nivel más amplio. En el plano de la universidad, nosotros creemos en una política distinta, no tanto de diagnóstico ni de ir protestar a las autoridades para que se hagan cargo, sino que mucho más de ser nosotros la solución.

—Históricamente el movimiento gremial se ha caracterizado por focalizarse fundamentalmente en una política interna y hoy están dispuestos a ingresar a la Confech. De ganar la Feuc, ¿qué cambio les gustaría hacer en la confederación?
—Punto uno, cambiaría su orgánica interna, partiendo porque no hay una orgánica interna puesta en un estatuto. Siento que un espacio que se dice ser democrático debe partir con reglas claras, y esas reglas deben mantenerse en el tiempo porque finalmente es fácil decir “no, si nosotros tenemos la reglas claras”, pero qué es lo que pasa cuando entra alguien que piensa algo distinto, como podría ser el próximo año si es que ganamos. Me gustaría una Confech que no sea tan militante, que propicie más discusión adentro de ella, con una verdadera representación de las universidades a nivel nacional, que la Confech no sea la confederación de estudiantes de izquierda, sino que de los estudiantes de Chile. Que haya más diálogo, que haya más discusión que sea un espacio superior de representación, donde uno pueda llegar a contrastar puntos de vista y que no sea tan de una sola línea que rema solo hacia un lado.

—El próximo año uno de los puntos importantes a tratar es la reforma educacional superior. ¿Qué puntos clave les interesa discutir?
—Creemos que es muy importante hacer una reforma en el sistema de financiamiento de las universidades. Primero partiría por abolir el Consejo de rectores de las universidades chilenas (Cruch), me carga el Cruch, creo que es un cartel que solamente incluye universidades que se fundaron antes de cierto año y no dice nada más. Hace falta una voz  que reúna a las universidades en su totalidad, creo que hay que dejar de lado esas etiquetas de pública no-pública, estatal o no.  Respecto a educación gratuita, nosotros hemos planteado que no vemos como una prioridad el hecho de pagarle la educación a aquellos que sí pueden hacerlo, nos gustaría ver esos recursos puestos en otra parte, ya que hay urgencias sociales que son más importantes como salud, vivienda, etcétera.

—¿Es una opción marchar para conseguir esos cambios?
—Yo fui a marchar el sábado pasado, fui con la Confepa. Lo cierto es que creo firmemente que la movilización social es una herramienta de transformación. El punto no está en marchar o no marchar, el punto es por qué marchar. Si me preguntan si estoy dispuesto a marchar por una educación gratuita pública y de calidad, de calidad y pública, sí, gratuita no tanto. Si me dicen si estoy dispuesto a marchar para que las universidades confesionales y privadas no reciban fondos del Estado, no, entonces finalmente estoy dispuesto a marchar pero por una reforma en la cual yo crea, si no, no lo estoy.

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TRES PREGUNTAS FORMULADAS POR ALBERTO MILLÁN

—¿Están de acuerdo con que exista lucro en colegios que reciben fondos públicos?
—Estamos desde 2011 hablando del lucro-el-lucro-el-lucro. Hoy día, si bien la mayoría de los colegios particulares subvencionados están constituidos como sociedades con fin de lucro, en la práctica son muy pocos los que reciben utilidades. Entonces estamos gastando todo un año de discusión parlamentaria en algo que afecta tan poco a la calidad. Nosotros tenemos que ser capaces de poner sobre la mesa los temas que realmente importan, como por ejemplo la carrera docente, los colegios municipales. En ese sentido nunca he dicho sí o no [al lucro], pero digo “oye, no es la discusión central”.

—¿Qué autocrítica hace el movimiento gremial a los años que fue federación entre 1973 y 1985?
—Primero decir que yo nací el 91 así que autocritica no puedo hacer, porque no me tocó estar. Pero sí puedo hacer una crítica y he dicho muchas veces que a mí no me parece que haya habido Feuc designadas. A mí me gusta mucho la democracia y siento que es muy importante que se resguarde cierta autonomía universitaria. Mucha gente dice “bueno, en esos años o había Feuc o no había Feuc”, entonces casi que los gremiales tuvieron que aperrar, pero yo siento que eso está en un contexto histórico distinto. Obviamente se cometieron errores, quizás se pudo haber peleado más por un sistema en el que los estudiantes eligieran la federación y no el gobierno.

—¿Si tuvieras que elegir un personaje del señor de los anillos cuál serías?
—Soy tan fanático que podría decir millones. A mí me gusta Sam, porque es el ejemplo del amigo que no te deja nunca, una especie de gallo con un sentimiento de causa. Simplemente por el hecho de ser un amigo que está en todas y porque inspira en cierta forma la virtud que puede tener la amistad que es dar la vida por el otro y el servicio principalmente.

Sobre la autora: Rosario Góngora egresó de periodismo en junio pasado y actualmente se encuentra en vías de titulación.