Por Fernanda Mujica y Paulina Palacios/Ilustración: Patricio Otniel.

Los alumnos de universidades chilenas tardan en titularse 10,4 semestres en promedio, según un Estudio del Servicio de información de Educación Superior (SIES), publicado en 2013.
La sobre duración de las carreras es un término porcentual entre la duración formal de una carrera y el tiempo real que tarda un alumno en egresar. Por ejemplo, si una carrera que dura 10 semestres tiene un 30% de sobre duración, significa que los estudiantes en promedio demoran tres semestres más que lo establecido en la malla curricular, es decir, 13 semestres en total. Después de Derecho que es la número uno, este fenómeno se da principalmente en dos carreras impartidas por las universidades chilenas: Arquitectura y Agronomía.

20 semestres en el campo

En promedio, los estudiantes que ingresan a esta disciplina demoran en titularse seis semestres más de lo estipulado en la malla.La duración real y sobre duración varía dependiendo de la casa de estudios. En Agronomía las universidades regionales son las que lideran la lista de sobre duración que realizó el Mineduc en 2014. La Universidad de la Serena es la que tiene la cifra más alta con un promedio de 20,6 semestres, seguida por las Universidades Católica del Maule (UCM) con 20,5 y luego por las universidades Austral de Chile (UACh), de Concepción y de Tarapacá, que superan los 18 semestres.

El promedio nacional indica que los estudiantes de Agronomía se demoran seis semestres más en titularse de lo estipulado en la malla.

La mayoría de los alumnos de la Universidad de La Serena proviene de colegios municipales y particulares subvencionados. Por esa razón, la universidad ha hecho un plan de nivelación en ciencias básicas para evitar la tasa de reprobación y así disminuir los atrasos.
La carrera se encuentra en un proceso de cambio de malla curricular, que pretende incluir la tesis al décimo semestre de haber ingresado a estudiar. “De esta forma un buen alumno se va a poder titular en cinco años”, explica Carlos Anés, director de la carrera Ingeniería Agronómica en la Universidad de la Serena.

Rodrigo Ruz ya ha superado en cuatro semestres la duración formal de la carrera. Foto: Fernanda Mujica.

Rodrigo Ruz ya ha superado en cuatro semestres la duración formal de la carrera. Foto: Fernanda Mujica.

Rodrigo Ruz ha estudiado Agronomía durante trece semestres y aún le queda uno más para titularse. En 2009 llegó a Santiago desde Pichidegua, comuna de la VI Región, para ingresar a estudiar en la Universidad Católica.
Aunque la malla curricular indicaba que la carrera duraba diez semestres, se ha demorado más de lo que esperaba en terminar. “En parte fue culpa mía, pero también yo creo que tiene que ver con ser de región, cuesta más adaptarse”, cuenta Ruz y agrega: “igual creo que la carrera debería ser más corta y que los ramos se den todos los semestres para no atrasarse”.
Para Rodrigo Echeverría, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh, existen dos factores principales que determinan la sobre duración de la carrera. En el aspecto económico, afirma que tiene que ver con que los alumnos trabajan y estudian a la vez, por lo que deben posponer asignaturas y eso los hace estar más años estudiando.
También se relaciona con el lento avance de la malla curricular, debido a la reprobación de cursos que son prerrequisito de otros, lo que afecta el tiempo que demoran los estudiantes en realizar sus memorias de título. “Se ha modificado la forma en que se realiza el trabajo final, lo que antes era una tesis ahora es una memoria, de modo que es más acotado el tema que tienen que abordar”, cuenta Echeverría.
“El problema es que la universidad pide muy poco puntaje cuando entras, por eso entra gente con mala base del colegio, les falta preparación y por eso se echan ramos y se demoran mucho más”, señala María de los Ángeles Mellado, estudiante de Agronomía de la Universidad Católica del Maule, quien se encuentra en su tercer año de carrera. “Hasta ahora no me he atrasado, pero es porque vengo de un buen colegio, pero aquí la mayoría se atrasa mucho o se va”, dice Mellado.

Años dentro del taller

Octavia Casanova está en la sala del taller cinco de su Facultad. Mientras pica un cartón negro y con un cuchillo sigue la línea recta de su regla metálica. Son las dos de la tarde del jueves. Hoy tiene entrega y debe arreglar una parte de su maqueta que se rompió. “Hasta ahora no voy muy bien en este taller, mi entrega pasada estuvo muy penca”, dice la alumna de tercer año de la Universidad Católica.

Octavia Casanova le tiene miedo a la reprobación, uno de los principales factores para atrasarse en la carrera.

Octavia Casanova le tiene miedo a la reprobación, uno de los principales factores para atrasarse en la carrera. Foto: Paulina Palacios.

Casanova es una de los casi 800 estudiantes que cursan Arquitectura en la UC. Según el Ministerio de Educación en su portal Mi Futuro, son 30 las universidades que ofrecen un plan de estudios para esta formación, que en el papel dura 12 semestres. En promedio, los estudiantes de Arquitectura demoran cinco semestres más en titularse, es decir 16,6 semestres en total. Existen instituciones en las que incluso tardan 20 semestres.
“Yo me eché un taller, así que ya voy atrasada un semestre. Y eso que fue recién en segundo año, quizás cuánto más me voy a atrasar”, lamenta Emiliana Rivera, alumna de la Universidad de La Serena. La segunda universidad con mayor sobre duración en Arquitectura. Ella cuenta que hay ramos que sólo los dictan durante un semestre, por lo que al reprobarlos se debe esperar hasta el siguiente año para volver a cursarlos.

“Quizás creo que otro factor importante es el estrés que vivimos, nuestra facultad tenía copadas las horas al psicólogo y psiquiatra que ofrece la universidad”, cuenta Fernanda Mozó.

El director de la escuela de Arquitectura de la Universidad de la Serena, Nelson Sepúlveda, dice que hoy la media en todas las universidades está cercana a los dos años extra, la cifra no coincide con la que figura en el portal Mi Futuro que revela una sobre duración de 20,5 semestres en total. Rivera agrega que las tomas en primer año le jugaron en contra: estuvieron en paro por tres meses y tuvo un mes en el que se juntaron todas las entregas del semestre.
Fernanda Mozó, alumna de tercer año de la misma carrera en la Universidad de Chile, teme caer en una situación similar. Lleva tres semanas sin clases producto de la toma en su facultad. “Quizás creo que otro factor importante es el estrés que vivimos, nuestra facultad tenía copadas las horas al psicólogo y psiquiatra que ofrece la universidad”, cuenta. Según la estudiante debieron sumar dos especialistas más sólo para su facultad y agrega: “mis dos mejores amigas están con depresión, una de hecho congeló y la otra asiste al psicólogo. Todo gatillado por la carrera, hay muchos en la misma situación”.

¿Qué hacer?

Para Óscar Jerez, Doctor en Psicología y Educación de la Universidad de Granada, España, la solución pasa por las universidades. El experto afirma que es necesario hacer un cambio en el sistema para reducir la sobre duración. “Se debe repensar la lógica de la formación de la educación superior”, explica Jerez.
Según él, las mallas curriculares deben cambiar en función de una formación permanente, es decir, que el pregrado sea sólo una introducción para un aprendizaje que se da a lo largo de la vida. Además, las universidades deben planificar cómo recibir a los estudiantes que estudian y trabajan. También es necesario analizar qué competencias requieren los estudiantes de la carrera para su vida profesional y especificar cuánto tiempo necesitan para obtenerlas.

Sobre las autoras: Fernanda Mujica y Paulina Palacios son alumnas de tercer año de periodismo y escribieron este reportaje como parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por el profesor Juán José Lagorio. El artículo fue editado por Juan Pablo Casado como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa.