Texto por Josefina Tenorio/Portada: Nicolás Riquelme con un vector de Free Vectors/ Fotos gentileza de Influyamos y Movilidad Popular

Luego de la derrota de Evelyn Matthei en las elecciones presidenciales de 2013, la crisis política al interior de la UDI se agudizó. En ese contexto, un grupo de las juventudes de ese partido decidieron formar un movimiento interno dedicado al trabajo en poblaciones y sectores marginados, inspirados en el Departamento Poblacional (ver apartado) que en los 80 dirigió Pablo Longueira. Estos jóvenes, de entre 22 y 26 años, no contaron con el apoyo de toda la directiva de la UDI para la iniciativa, debido a que las cabezas del partido consideraron que trabajar en las poblaciones no levantaría a su partido. Por eso decidieron, sin dejar de militar, formar una plataforma paralela: Movilidad Popular (MP).

El 8 de marzo de 2014 se llevó a cabo un primer encuentro programático entre los consejeros de la plataforma. A esta reunión, realizada en Paine, asistieron 34 personas de Concepción, Viña del Mar y Santiago. “En Movilidad Popular vemos en los políticos jóvenes las ganas de trabajar por la gente común y eso es algo que se les olvida a los políticos más viejos”, dice uno de sus fundadores, Rodrigo Orellana.

“En Movilidad Popular vemos en los políticos jóvenes las ganas de trabajar por la gente común y eso es algo que se les olvida a los políticos más viejos”, cuenta Rodrigo Orellana, coordinador general de Movilidad Popular y miembro de Influyamos.

Actualmente ninguno de los consejeros se dedica exclusivamente a Movilidad Popular, porque no reciben un sueldo por ese trabajo. Entre sus miembros llegaron a contar con la presencia de jóvenes de la UDI, EVÓPOLI, RN, Fuerza Pública y algunos independientes. “Era una plataforma que servía de bisagra para los jóvenes que salían de la universidad y querían empezar a trabajar en el servicio público”, cuenta la consejera de MP Magdalena Barriga. La plataforma se enfocó en identificar los problemas sociales de los residentes de las villas y encontrar soluciones en conjunto.

Entre las actividades que realizaron estuvo ayudar a los dirigentes vecinales a llevar sus problemas al gobierno. Así organizaron un encuentro entre las pobladoras de Bajos de Mena y el Subsecretario de Vivienda, Jaime Romero. Para financiar al movimiento, cada voluntario hacía un aporte mensual con el monto que estimara conveniente.

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Yvonne Peñailillo, dirigenta vecinal del barrio Bajos de Mena y consejera de Movilidad Popular.

El proyecto llegó a contar con 120 militantes voluntarios que comenzaron a relacionarse directamente con los dirigentes poblacionales, apoyando sus actividades y realizando talleres, foros e incluso la celebración de la Navidad. Con el tiempo el nuevo movimiento empezó a tener apoyo de distintos diputados, como Felipe Kast (Evópoli) y Jaime Bellolio (UDI).

“Los partidos políticos de derecha vieron la posibilidad posicionar a lideres que después fueran candidatos (para las elecciones municipales) y se perdía el fin de Movilidad que era generar una sociedad civil empoderada”, dice Barriga. Al poco tiempo aparecieron diferencias entre sus miembros. “Creíamos que no era necesario que la gente tuviera un cargo para poder ser un líder y trabajar en grupo, pero no todos dentro de Movilidad lo vieron así”, cuenta la consejera, quien también afirma que ésta fue la causa de las divisiones que se produjeron dentro de la plataforma.

El problema del liderazgo

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Influyamos actualmente cuenta con cerca de 500 voluntarios a lo largo de Chile y funciona como una ONG.

Es 10 de Junio de 2015 y el diputado UDI José Miguel Kast presenta un video en que él quiebra huevos en una sartén, prepara café y conversa con un grupo de siete personas en una pequeña cocina; luego sale de la cocina y sube al Transantiago, para acompañar al trabajo a un maestro de la construcción llamado Plácido. El video lo hicieron en conjunto Movilidad Popular con el diputado y fue la última colaboración entre ambos.

El 5 de agosto, Kast realizó un conversatorio ciudadano en San Bernardo con un grupo similar liderado por él: Influyamos. Esa reunión fue la fundación oficial de una nueva plataforma de jóvenes de derecha. También con una fuerte vocación social, pero con objetivos distintos, entre ellos apoyar a candidatos para las elecciones municipales, lo que llevó a Kast y a su nuevo movimiento a alejarse de Movilidad Popular. A pesar de esto, durante las primeras reuniones de Influyamos, en mayo de 2015, la plataforma contó con la presencia de dirigentes activos de MP, además de militantes de la UDI e independientes.

“El objetivo de Influyamos es apoyar a los líderes locales que quieran participar en las elecciones municipales, siempre que tengan inquietudes por las preocupaciones ciudadanas”, dice Rodrigo Orellana.

Uno de los líderes de Influyamos es Rodrigo Orellana, quien fue Coordinador General de Movilidad Popular. Este hecho generó discusiones dentro de MP y gatilló que los miembros de Evópoli se alejaran. “Nosotros siempre hablamos de hacer trabajo en terreno y no de hacer política para formar candidatos, que es más el sentido que tiene Influyamos”, cuenta Magdalena Barriga.“Pretendemos apoyar a los líderes locales que quieran participar en las elecciones municipales, siempre que tengan inquietudes por las preocupaciones ciudadanas”, comenta Orellana.

Parte del trabajo de la plataforma de Kast es la ejecución de consultas ciudadanas. Las primeras las llevaron a cabo el 31 de octubre y 1 de noviembre de 2015. De ahí que Rodrigo Pérez de Arce, también miembro de Influyamos, afirme que se definen como una plataforma donde hacen un: “levantamiento de inquietudes de las personas y las visualizamos para generar políticas públicas”.

La creación de la nueva plataforma golpeó a Movilidad Popular. Parte de su cúpula renunció para irse al proyecto de Kast. Así empezaron las reuniones donde se revelaron las falencias que tenía el proyecto. “Teníamos varios problemas, uno era que éramos de muchas ideas, pero nos faltaba profesionalismo para realizarlas, y que tampoco teníamos un norte claro”, cuenta el consejero de la plataforma, José Ignacio Cartes.

“Nosotros siempre hablamos de hacer trabajo en terreno y no de hacer política para formar candidatos, que es más el sentido que tiene Influyamos”, cuenta la consejera de Movilidad Popular, Magdalena Barriga.

En contraste con la plataforma de Kast, MP no tiene una oficina física en la actualidad, ni tampoco cuenta con una estructura de dirigencia definida. “Nuestra idea era que actuáramos de forma horizontal, pero ahora se hace patente la necesidad de tener un vocero que nos represente como Movilidad Popular”, comenta Orellana, a lo que agrega que también cree que parte de los problemas fueron la falta de un líder que los guiara. “A diferencia de Influyamos que tiene a Kast arriba, nosotros estamos sin una cabeza”, dice Orellana.

En la actualidad, Influyamos funciona como una ONG, en la que trabajan seis personas de forma permanente junto a 500 voluntarios, con presencia en ciudades como Viña del Mar y Concepción. Su financiamiento proviene de donaciones mensuales que tienen como monto máximo los $100.000. Distinto a Movilidad Popular que, si bien también funciona con donaciones, no tiene presencia fuera de Santiago y actualmente sólo cuenta con cuarenta voluntarios.

El futuro de la juventud

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Los consejeros de Movilidad Popular trabajaron en Bajos de Mena hasta mediados de este año.

El 24 de octubre se reunieron los cinco líderes y consejeros estables que quedan en MP, entre ellos Orellana y Barriga, para intentar refundar lo que ellos consideran su sueño. No obstante, dejaron el proyecto paralizado hasta diciembre, por la falta de tiempo que tenían sus miembros para dedicarse a Movilidad Popular durante fin de año. Además, varios de los voluntarios universitarios estaban en campañas políticas en sus casas de estudio, lo que limitaba todavía más sus tiempos. “Creo que estamos en una etapa de introspección necesaria para saber qué queremos del futuro de Movilidad Popular”, cuenta Orellana.

Por ahora saben que de seguir funcionando lo harán de forma localizada en cuatro territorios: Bajos de Mena, La Pintana, San Bernardo y Lo Barnechea. Además, quieren que la organización tenga a miembros de las poblaciones en la toma de decisiones. “Ojalá que los dirigentes sociales tomen un rol más activo en el movimiento y que no tengan que asumir lo que los coordinadores deciden”, dice Cartes.


Departamentos Poblacionales

Desde su fundación en 1983, la UDI buscó tener un carácter popular y para eso creó el Departamento Poblacional, que en un principio era dirigido por las juventudes del partido. Se crearon más de 400 centros juveniles en la región Metropolitana y en ellos se impartían talleres y se hacían actividades de formación. El partido consiguió un contacto directo con los dirigentes sociales, hasta que en enero de 1984 se constituyó el Comité Directivo de la UDI en la población José María Caro. Luego le siguieron otros en San Bernardo, San Miguel, Cerrillos, Conchalí, La Granja, las poblaciones La Victoria y La Pintana. Dirigidos por Pablo Longueira entre 1983 y 1987, pretendían convertirse en la oposición de los centros de izquierda que ya existían en las poblaciones. No obstante, éste desapareció con la fusión de la UDI con el partido Unión Nacional en 1987 y con la reestructuración del partido de cara a la transición democrática.

Sobre la autora: Josefina Tenorio es alumna de quinto año de periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por el profesor Andrés Almeida. El artículo fue editado por Diego Escobedo en el Taller de Edición en Prensa impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa
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