Por Carlos Oliva Vega/ Ilustración de Mathias Sielfeld inspirada en el poema Bandido.

Paco y las penas del barrio

a Pascual

No sé si Paco vio a la primavera

Como un insulto más de aquel engaño

Porque antes que la flor fuera al castaño

Fatal su reverencia fue primera.

 

Su fin de goleador en su manera

De andar rengueando vimos como huraño.

Mas nunca imaginamos que hubo un daño,

Ni que a colgarse iría entre la acera.

Ya ingrávido en la grava pichanguera

Su cuerpo atesoramos como antaño

Y en el balón los pies como un peldaño

Honramos a la gloria cunetera.

 

Si acaso cupo lágrima postrera

La trajo el fuego prófugo de un caño

Que al árbol hizo arder tras el extraño

Adiós oído de una balacera.

De Marginalia (Mago Editores 2014).

 

Bandido

Como una puta vieja o un magro trasvestido

A quien su vida toda la noche determina

Un día casi encuentro mi muerte en una esquina

Producto de una daga en mi pecho entumecido.

 

Nunca antes en mi boca el sabor de lo vivido

Me supo tan absurdo, tan falto de resina.

Yo apenas era un púber, un alma peregrina

Que a veces le robaba a mi entorno compungido.

 

Señor fiscal por esto no juzgue mis raíces,

No siempre fui un bandido de pensamientos grises.

Incluso la esperanza de huir de la miseria

 

Creer me hizo en la escuela de alguna forma seria.

De nada me servía, si en este barrio yermo

La muerte da señales de vida en el enfermo.

Sobre el autor:

Carlos Oliva Vega (31) es periodista de la Universidad Católica, donde trabaja actualmente, y su libro Marginalia Crónicas en Verso (Mago Editores 2014), está disponible en las librería Altamira del Drugstore de Providencia; en el GAM; y en Librería Prólogo, ubicada en Merced con José Miguel de la Barra.

¿Por qué escogiste compartir estos textos con los lectores de Km Cero?
Porque aún guardo recuerdos gratos de ese lugar: fui uno de los editores de Km Cero en mis años finales como estudiante de Periodismo de la UC en 2007-08. Era la prehistoria del Km Cero, cuando aún se publicaba en papel a través del diario Publimetro.

¿Cómo y por qué empezaste a escribir?
Empecé a mis 12 años más o menos, de forma instintiva, la verdad; escribía bocetos, cosas raras sin sentido. Recuerdo que me gustaba leer mucho cuando pequeño, pese a los escasos libros de un colegio bien pobre de San Joaquín al cual iba. Luego, el ansia por la lectura devino en escritura. Mi primer gran intento serio de escritura fue una novela de más o menos 100 páginas que titulé Frente al espejo. La escribí a los 15 años durante un invierno mientras estudiaba en el Instituto Nacional; lo hice en un par de meses, era un libro bastardo, una obra espúrea del realismo mágico. Por ese tiempo leía mucho a García Márquez y quería escribir como él. Hice dos copias y las dos las envíe a un concurso. No me quedé con ningún archivo . O sea, la perdí y no me duele en lo absoluto.

¿A qué autores consideras tus influencias?
No sé, la verdad. No sé si me corresponde a mí decirlo, pues si atendemos al crítico literario que más ha estudiado la cuestión de las influencias, Harold Bloom, sabremos que esto de la contaminación literaria es medio inconsciente, que un autor te influye, sin darte cuenta como lector, a través de un tercer autor. Pero puedo decir a quiénes leo para que se hagan una idea por dónde va todo. De Latinoamérica leo con devoción a Borges, a García Márquez, a sor Juana Inés de la Cruz; del inglés sigo de cerca a los poetas Wallace Stevens, a Emily Dickinson y al primer T.S. Eliot de Prufrock and other observations; Dante es un referente ineludible así como también Quevedo y la poesía de Shakespeare.  No sé, hay demasiados autores que disfruto; por ejemplo, ahora me dio con Coetzee, un novelista sudafricano premio Nobel.

¿Qué temas te interesa explorar en tus textos?
Principalmente las historias, vidas contadas en primera persona, vidas del margen.

¿Cuál es tu próximo proyecto literario?
Tengo varios. Estoy escribiendo a mano suelta una serie de sonetos al aire que no sé para dónde van, mientras cincelo un libro mayor sobre diez historias de diez personas sobre el cual no quiero adelantar mucho. También estoy metido en la traducción de un texto de Samuel Johnson. Me tienta publicar una antología de los ensayos que he escrito para la página de una organización de ecología política, Verdeseo (www.verdeseo.cl) y para la revista académica de la Facultad de Letras UC, Taller de Letras.

¿En qué escribes y en qué lees?
Escribo con portaminas en un cuaderno en octavo menor y leo en papel. Aunque cuando se trata de ensayos cortos y por comodidad -cuando viajo en metro o micro-, lo hago en un pequeño smartphone que me dieron en la pega.

¿Hay algún otro autor de tu generación o cercano que recomendarías?
Por supuesto: a los poetas chilenos Juan Cristóbal Romero y Rafael Rubio.