Piera Rossi

De los dos pisos que ocupa el comando de Evelyn Matthei en la sede la UDI de Avenida Suecia, uno está repleto de militantes menores de 35 años. Entre ellos destaca la voz de Ricardo Neumann, quien con 25 años es uno de los dirigentes juveniles más importantes hoy del partido. Nacido en San Fernando, fue secretario general del centro de alumnos de la Facultad de Derecho de la UC entre 2008 y 2009, y en 2010 postuló a la presidencia de Feuc en representación del Movimiento Gremial. Dos años más tarde, cuenta, fundó el proyecto Camioneta Cultural, que organiza obras de teatro en las comunidades donde la Juventud UDI realiza sus trabajos de invierno.

Antes de comenzar a trabajar en la campaña de Matthei –se tituló recién en junio pasado–, Neumann trabajó en la oficina de abogados Arteaga Gorziglia y Cía. como especialista en derecho ambiental.

Con el equipo de Matthei su labor ha consistido en reunir testimonios y desarrollar una serie de cinco capítulos llamada Juégatela por Chile, publicados en un canal de YouTube, en el que se muestran historias de acción social de jóvenes en todo el país y las actividades de la campaña de la exministra del trabajo de Sebastián Piñera.

—¿Cómo cambió su trabajo como líder de la Juventud UDI cuando Pablo Longueira bajó su candidatura y comenzó la de Evelyn Matthei?
—Para Pablo los jóvenes eran el motor de la campaña. Con él me tocó organizar una gira por Chile, mover banderas y mostrar que la juventud estaba muy metida en la política. Evelyn es más matea, de propuestas. Ahora me toca ir a más debates en radio y tele. Su idea es mostrar cómo los jóvenes piensan y se sienten identificados con la centroderecha.

—Para usted, ¿cuál de los dos es un mejor candidato?
—Son muy distintos, es difícil decidir. Creo que la Evelyn tiene una gran capacidad de acercarse al centro político. Ella es más liberal, más abierta a temas como el cultivo de marihuana y el aborto terapéutico. Pablo no tenía esa apertura, pero tenía una gran capacidad de atraer a la gente de los sectores populares. Él rompía con el paradigma de que la derecha es para los ricos y la izquierda es para los pobres.

—¿Es la UDI el partido más alejado del joven chileno común?
—Las dos juventudes más grandes de los partidos políticos son las del Partido Comunista y la UDI. Nosotros somos unos 1.500 jóvenes activos en la campaña de Matthei y, en total, unos 3.000 en la Juventud UDI.

—¿Qué significa ser “joven UDI” hoy?
—Somos revolucionarios, porque el país no cambia gritando frases bonitas en una marcha, sino con trabajo diario. Nosotros creemos que este sistema es mejorable, pero que hay que mantenerlo porque nos ha ido bien. Ser sistémico hoy es nadar contra la corriente.

—Hay una generación política que salió del movimiento estudiantil y que, en general, hoy son candidatos de izquierda. ¿Dónde están los candidatos jóvenes de derecha?
—Que la derecha no lleva jóvenes es mentira. El partido que lleva más candidatos jóvenes al parlamento es la UDI. Los jóvenes son aquellos menores de 35 años, y del total de 60 candidatos tenemos 22 en ese rango.

—¿Cuál es la estrategia del comando para ganar el voto de los jóvenes?
—Decirles que somos una fuerza nueva que quiere cambiar Chile más allá de las frases de efecto. Muchos jóvenes marcharon con la Camila Vallejo y con Giorgio Jackson, y hoy los ven postulando al Congreso blindados por esos sectores que supuestamente criticaban. La gente que marchó por la educación se siente usada. Ahora se dan cuenta de que fue un posicionamiento de liderazgos de la izquierda.

—¿No es una dificultad para captar el voto joven pertenecer al sector más conservador de la política chilena y oponerse a ideas progresistas que los jóvenes tienden a apoyar?
—Sí, pero muchos piensan como nosotros y están callados. Y, si por oportunismo uno deshace las ideas, se va a la Democracia Cristiana, que piensa igual que nosotros pero está donde calienta el sol. Yo prefiero perder elecciones pero que la gente sepa quiénes somos.

—¿Participó en el programa político de la candidatura?
—Colaboré en el tema medioambiental, en conseguir espacios para instalar parques eólicos y solares. Porque muchas veces son espacios de uso público, como el desierto de Atacama.

—¿Comparte la posición de que existe una clase política ligada a las “malas prácticas” y que hace falta renovar?
—Sí, hay que renovar y evitar las malas prácticas en la izquierda y en la derecha. Los jóvenes están más limpios, y tienen la responsabilidad moral y política de hacer eso.

—¿Y no es Matthei parte de esta generación que hace falta renovar?
—Sí, y para eso estamos nosotros acá. El comando tiene dos pisos y uno entero es de la juventud. Ella quiere renovar. Por ejemplo, en el comando está muy activo el movimiento Evópoli, que tiene gente nueva y más joven como Sergio Correa y Carlos Urrestarazú. Además, no conviene poner caras tan conocidas porque la gente teme a que sean los mismos de siempre, y en el comando hay conciencia de eso.

Sobre la autora: Piera Rossi es alumna de cuarto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas.