Rosario Góngora Eluani

Son las 6 de la mañana y “el rincón de los perdedores” –nombre que el Movimiento Gremial (MG) le dio al tradicional punto de encuentro de pasadas derrotas– muestra un panorama diferente a otros años. En la esquina donde se encuentran la Facultad de Ciencias Sociales, Agronomía e Ingeniería Comercial del Campus San Joaquín de la Universidad Católica (UC), cincuenta personas del movimiento se reúnen en círculo para celebrar. Andrés Justiniano, candidato a presidente de la Feuc, toma la palabra para felicitar al grupo: “Tengo el orgullo de decirles que somos primera mayoría”.

Fundado en 1967 por Jaime Guzmán, el MG está conformado por alumnos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La última vez que estuvo al frente de la federación fue en 2008 para luego perder frente al movimiento de centro-izquierda Nueva Acción Universitaria (NAU). El año pasado, por primera vez, los gremialistas quedaron en tercer lugar en la primera vuelta, debido a la irrupción de Solidaridad, un grupo que se descolgó del gremialismo en 2010.

La misión de Andrés Justiniano (23) es reconquistar los votos perdidos en la elección pasada. Aunque asegura que la tarea es difícil, dice, confía en que la reestructuración que tuvo el movimiento este año los hará ganar las elecciones del 5 y 6 de noviembre, días en que se realizará la segunda vuelta.

—¿A qué apunta su eslogan de campaña “Cambiar es crear”?
—Principalmente busca representar un cambio. Llevamos cinco años de la federación NAU y creemos que es urgente y sumamente necesario que esta cambie. Que no sea un cambio por cambiar, sino que apunte a algo totalmente nuevo, creativo, enfocado a distintas propuestas, buscando esencialmente cambiar el foco que actualmente tiene la federación.

—¿Qué fue lo que los llevó a ganar con mayoría de votos en la primera vuelta?
—Yo creo que fue el trabajo serio durante este año y porque hemos dejado en claro que el movimiento está cambiando. Cambiando en la forma de mostrarse: siendo mucho más propositivo, yendo en búsqueda de trabajos concretos a nivel país y en la misma universidad. También porque lanzamos una propuesta de educación concreta y otros proyectos como Camina y Giro. Acompañando también a los estudiantes que además de estudiar son papá y mamá. Yo creo que ese tipo de cosas se vio finalmente reflejado en el proyecto de federación y, sin duda, que este mensaje coherente fue premiado a la hora de decisión.

—¿Cuáles son las críticas que tienes a la actual federación de la Nueva Acción Universitaria?
—La monopolización de los temas. No puede ser que el único tema en estos cinco años haya sido democratización de la universidad, reforma interna, ombusperson, movilización estudiantil y dejemos de contar. No discutimos que se hable de educación porque urge un cambio, pero hay gente que no le interesa buscar soluciones a la educación y es válido que también nos preocupemos de otros temas que también les afecta. La federación actual lleva demasiado tiempo hablando de educación gratuita, pública y de calidad pero solo a través de consignas, sin entregar soluciones concretas de dónde está el inicio del problema.

—¿Por qué crees que el NAU bajó su votación este año?
—Principalmente porque en estos cinco años de federación el NAU ha hecho grandes promesas pero ha trabajado poco en cosas concretas, dejando muchas veces de lado a los estudiantes. Muchos de ellos no se han sentido parte de la federación. Por otra parte, tampoco han logrado grandes cambios en educación sin entregar propuestas reales y concretas. Ese tipo de acciones los ha ido debilitando y los estudiantes finalmente terminan desconfiando del NAU.

—El año pasado, a diferencia de este, el Movimiento Gremial no logró pasar a segunda vuelta. ¿Por qué crees que pasó eso?
—Es que un movimiento que tiene tantos años de historia, a la larga se empieza a desgastar. Se mantiene un statu quo de las mismas ideas y de los mismos proyectos sin modernización. Yo creo que el año pasado habíamos perdido la convicción, la energía y la motivación de que el mensaje que hoy transmitimos tiene mucho sentido en la actualidad. Mi sensación es que en las elecciones del año pasado no estábamos transmitiendo bien los ideales por una falta de claridad en nosotros. La renovación interna, justamente, apunta a eso: al cómo transmitir este mensaje renovado.

—¿Y por qué el movimiento Solidaridad sí logró capturar esos votos?
—Ellos tenían un discurso con más convicción que se logró además notar tras un trabajo potente que tuvieron a lo largo de ese año. Sobre todo porque cuentan con la ventaja de ser un movimiento nuevo, sin prejuicios previos.

—¿Cómo esperas capturar los votos de Solidaridad en esta segunda vuelta, si desde que se descolgaron en 2010 existe una rivalidad con el gremialismo
—Buscando que todos se sientan partes, no solo Solidaridad, sino también la Opción Independiente y todos los que quieran un cambio real. Ellos deben entender que también puedan sumarse y hacer un aporte a la federación porque esta tiene que ser representativa y ser capaz de mostrar todas las visione y opiniones entendiendo que todos los estudiantes tienen algo que decir y aportar.

—¿Piensas que los estudiantes tienen una visión errada de lo que es hoy el movimiento?
—Sí y llega a ser impresionante. Yo vengo de una familia muy pluralista, de hecho, mucho más tirada a la izquierda que a la derecha y no tengo ningún prejuicio con el Movimiento Gremial, pero me impresiona que al involucrarme más con el movimiento, las personas rápidamente te encasillan de individualista, que solo te interesan los problemas universitarios y que te preocupas únicamente del paseo a la nieve.

—¿Cómo pretenden cambiar esta visión para capturar más votos?
—Transmitiendo con convicción nuestras ideas y a través del ejemplo. Buscando gente distinta que participe en esta lista. Gente que le guste la política, que haya participado en la pastoral, que haya trabajado por completo en sus carreras con los centros de alumnos y territoriales. Es fundamental tener gente con distintos gustos y motivaciones que finalmente transmita a otros que somos la opción más diversa.

—Históricamente el movimiento se ha caracterizado por focalizarse fundamentalmente en una política interna y hoy están dispuestos a ingresar a la Confech. ¿Eso no significa ir en contra de sus principios?
—Eso es uno de los grandes mitos del Movimiento Gremial. Este año justamente hemos querido dejar en claro que sí tenemos opinión país y que sí nos importa mejorar la educación. En ese sentido creemos que la Confech es una excelente instancia para participar activamente. Pero también creemos que es necesario que esta tenga estatutos y que tomen en cuenta otras universidades y no solamente a los que ellos les convienen.

—En una entrevista dijiste “hay que buscar soluciones concretas a la educación”. En la práctica, ¿qué significa eso?
—A través de dos formas. Una es que la desigualdad se inicia en la educación infantil por lo que debemos poner todas las fichas ahí, trabajando para que esta sea cada vez mejor. La segunda es ser capaces de generar un sistema de evaluación de los profesores. Actualmente los profesores no son validados como se debería y tenemos que buscar una forma de incentivar a que los mejores estudiantes se atrevan a estudiar pedagogía. El cambio en el estatuto docente es fundamental, este va a permitir que haya más flexibilidad, que se puedan echar a los profesores malos y que se den espacios para los profesores que tienen ganas reales de enseñar.

—¿Es una opción marchar para conseguir esos cambios?
—Por supuesto que sí. Pero en ningún caso vamos a apoyar el paro, porque es ir en contra del derecho de cualquier estudiante de asistir a clases y aprender. La marcha es una instancia para poner los temas en el tapete y eso ya se cumplió. Si no lo hemos hecho hasta ahora es porque no estamos de acuerdo con las propuestas del movimiento estudiantil.

—¿El MG se ha planteado participar de alguna forma en campañas presidenciales?
—En ningún caso. Apoyar una elección presidencial sería encasillar al movimiento gremial y a la lista. Tenemos que ser capaces de abrirnos mucho más y no abanderarnos por algún partido político ya que eso es con lo que, justamente, estamos en contra. Debemos entender que los movimientos universitarios debiesen alejarse de la política nacional. Sería nefasto si los partidos políticos se metiesen en la universidad. Pero lo que sí hay que fortalecer, es que como estudiante debemos tener un rol activo a nivel nacional, discutiendo temas políticos del país dentro y fuera de la universidad.

—¿Qué te parece la candidatura a diputado de Giorgio Jackson?
—Entiendo que Giorgio Jackson tiene un rol público importante, le entusiasma la política y está bien que quiera seguir por ese lado. Pienso que hay que tener cuidado con confundir su partido político con el NAU, hay que tener diferencias claras porque o, si no, le haría muy mal a la política universitaria. Pero, por otro lado, me parece bien penca que hoy en día sea Giorgio Jackson un diputado designado. La Concertación le dio prácticamente el camino libre para salir y eso es justamente lo que tanto el criticó.

Sobre la autora: Rosario Góngora es alumna de cuarto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas.