Por Valentina Araya

El 15 de julio del año 2003 la modelo Carola Zuñiga conducía en vivo, en el canal Vía X, el programa Zona joven. Mientras hablaba a la cámara, miró sutilmente hacia un lado. Le entregaron una información y rápidamente se la contó a su público: Roberto Gómez Bolaños, el actor del Chavo del Ocho, lamentablemente acababa de morir. Pasaron pocos segundos hasta que los miembros del equipo tras las cámaras la corrigieron: no era Chespirito, sino que Roberto Bolaño, escritor chileno de cuentos, poesía, novelas y ensayos.

Zuñiga, tras haber evidenciado su ignorancia sobre el personaje al aire, intentó salir al paso entre risas nerviosas y justificaciones. Pero el chascarro quedó en la memoria de quiénes la vieron en el minuto del error y de los que, doce años después, todavía buscan el video en Internet para reírse del bochornoso momento televisivo.

Roberto Bolaño, uno de los escritores más influyentes de habla hispana, ganador de más de 20 premios por su obra literaria en Chile y el mundo, seguidor de Nicanor Parra y Jorge Luis Borges, ateo, trotskista y posteriormente anarquista, reflexivo y trastornado con la ética y la estética en la literatura, ha sido alabado y homenajeado tras su muerte de múltiples maneras.

El 2006, el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, creó el premio Roberto Bolaño a la Creación Literaria Joven, que premia cada año a las mejores obras inéditas de jóvenes escritores nacionales, con más de un millón de pesos en sus dos categorías, para promover y difundir el quehacer literario de excelencia en Chile.

Al morir, Roberto Bolaño, tenía treinta y siete contratos de publicación en diez países, que cuando falleció ascendieron a cincuenta.

El autor ha estado en la lista de los mejores libros del año y los libros más vendidos, de importantes medios internacionales como The New Yorker y The New York Times, y un año después de muerto, ganó el Premio Salambó a la mejor novela escrita en español por su ficción 2666.

Su obra trasciende la literatura española y latinoamericana y ha sido reconocido en diferentes naciones. Al morir tenía treinta y siete contratos de publicación en diez países, que cuando falleció ascendieron a cincuenta; y cuarenta y nueve traducciones en doce países. Su trabajo ya ha sido traducido al inglés, alemán, holandés, francés e italiano.

Bolaño vivió gran parte de su vida en México y luego en España y, a pesar de la buena crítica, el aprecio de la Academia y de publicar sus libros con la selectiva editorial española Anagrama, no alcanzó a ser suficientemente elogiado en Chile. Murió el 2003 y sus cenizas fueron arrojadas al Mar Mediterráneo tras vivir una vida austera y sin lujos, durante la que escribió una prolífica obra, que en Chile ganó notoriedad tras el episodio de Carola Zúñiga en Zona joven, que quedó grabado en la memoria popular.

Sobre la autora: Valentina Araya es alumna de quinto año de periodismo y escribió este artículo como parte de su trabajo en el Taller de Edición en Prensa Escrita, impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.