Texto y fotos por Valentina Gracia M.

Son las 6:10 de la mañana y aún está oscuro en Pirque. Luego de cinco minutos de espera Víctor Hernández se sube a la micro y deja atrás el paradero en el que espera el transporte público de lunes a viernes cada semana. El día de este estudiante de Economía partió hace más de 40 minutos cuando en su casa sonó el despertador. Al despertar tuvo ganas, como todas las mañanas, de aplazar la alarma cinco minutos. Pero lo detuvo saber que ese pequeño retraso en el reloj significa llegar, por lo menos, veinte minutos atrasado a clases.

Francisca Morel es compañera de Víctor en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Ambos tienen 23 años, están prontos a egresar, cursan los mismos ramos y entran a clases a las ocho en punto de la mañana. Pero mientras la puerta de la casa de Francisca está a tres kilómetros de la universidad, Víctor recorre 39 desde su hogar.

Víctor pasa por cinco comunas para llegar a la universidad. Francisca sólo por una.

Francisca vive en la intersección de las calles Pocuro y Suecia en la comuna de Providencia y se demora, en promedio, 25 minutos desde su departamento hasta su casa de estudios. Su caso es excepcional, ya que según las cifras más actuales disponibles del Ministerio de Transporte, en 2013 el tiempo de un viaje regular en el transporte público de Santiago promediaba los 49 minutos.

Para llegar puntual a clases Víctor tiene que despertarse a las 5:30 y Francisca a las 6:50 de la mañana. Víctor debe pasar por cinco comunas; Francisca sólo por una. Víctor debe transitar por 29 estaciones de Metro desde Plaza de Puente Alto hasta Universidad Católica; Francisca recorre ocho semáforos en micro. Para llegar a las ocho de la mañana a la universidad, Víctor se demora una hora y 48 minutos; Francisca está en la puerta en menos de media hora.

Vivir en la periferia

Víctor no puede quedarse estudiando en la universidad, por eso ha optado por estudiar arriba del bus y en el metro.

Si en la década pasada, zonas como Puente Alto y Maipú fueron las comunas donde se construyó el mayor número de metros cuadrados en la región Metropolitana, la situación ha cambiado por las nuevas preferencias de los santiaguinos, quienes actualmente privilegian mayores espacios y áreas verdes. Según el gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, Javier Hurtado, una de las razones que ha generado este cambio es que “los terrenos se han vuelto escasos en Santiago Centro y, por lo mismo, los precios han subido mucho”.

Los miembros de la familia de Víctor están acostumbrados a las largas distancias que los separan de sus lugares de trabajo y estudio y de servicios básicos como los centros de salud. “Ya son tantos años viajando que uno ni se da cuenta de que se demora tantas horas. Pasa a no ser tema, incluso con el cansancio y el sueño”, afirma Víctor. Tanto él como Francisca determinan sus horarios de trabajo académico en base al tiempo del que disponen previo a sus pruebas, pero la diferencia está en qué momentos aprovecha cada uno para estudiar.

Para Francisca la decisión es fácil: irse a su casa o quedarse en la facultad con un grupo de compañeras. Para Víctor, en cambio, la distancia lo complica todo. Pensando que para llegar a su casa va a tener que viajar casi dos horas en micro, no puede darse el lujo de quedarse en la universidad estudiando. Por eso toma la opción que, según él, es la más responsable y estudia arriba del bus del Transantiago.

Mucha distancia, mucha plata

Como Víctor y Francisca acceden al beneficio del pase escolar por asistir a un establecimiento reconocido por el Estado, el viaje en micro o en metro les cuesta los mismos $210 pesos. Sin embargo, para llegar a la estación de metro Plaza de Puente Alto, la más cercana a su casa, Víctor debe tomar una micro local que sale desde Pirque. El resultado: mientras Francisca gasta $8.400 pesos mensuales en transporte, su compañero destina $24.400 pesos al mismo ítem.

Mientras Francisca gasta $8.400 pesos mensuales en transporte, su compañero destina $24.400 pesos al mismo ítem.

Más notoria aún sería la diferencia si ambos optaran por desplazarse en vehículos particulares. El gasto entre Pocuro y Diagonal Paraguay –incluido el estacionamiento– sería de $35.000 pesos aproximadamente, mientras que entre Pirque y Diagonal Paraguay sería de alrededor de $76.000 pesos, ya que debe incluirse el pago de cuatro pórticos de las autopistas concesionadas.

Francisca dice que se negaría tajantemente a pagar más de lo que ya gasta para llegar a la universidad, en cambio Víctor comenta que de tener ese dinero no dudaría en preferir la comodidad y rapidez del auto, por sobre el ahorro que significaría seguir viajando en micro.

Menos horas de descanso

Francisca considera la falta de sueño un problema ajeno a su rutina.

Uno de los inconvenientes más frecuentes que sufren quienes viven en la periferia son los problemas de salud desencadenados por la falta de sueño. Para llegar al centro de Santiago una persona que vive a más de 30 kilómetros debe, en promedio, levantarse dos horas antes de su horario de ingreso al trabajo o a clases. A las seis de la mañana los paraderos y estaciones de metro de las comunas periféricas, ya están repletos de pasajeros que comenzaron su día hace casi una hora.

Esta situación evidencia que, generalmente, no se respetan las ocho horas diarias de sueño que recomienda la Organización Mundial de la Salud para los adultos. Víctor y su familia aseguran que la mayoría de los días de la semana alcanzan a dormir un máximo de seis horas. La falta de sueño no es sólo preocupante por la somnolencia del día siguiente. La realidad es que los trastornos vinculados a esta situación, afectan silenciosamente la salud de las personas que, por la escasez de horas de descanso, tienden a desarrollar cuadros depresivos, debilitamiento de la memoria a corto plazo, estrés, menor productividad y fuertes cambios de humor.

Víctor y su familia aseguran que la mayoría de los días de la semana alcanzan a dormir un máximo de seis horas.

Síntomas como ansiedad, agotamiento físico y dificultad para cumplir con los horarios, son parte de la vida de Víctor, quien asegura quedarse dormido recurrentemente en las clases que parten a las ocho de la mañana. Francisca, muy por el contrario, afirma que siente los problemas ligados al sueño como un tema muy ajeno a su rutina, la que le permite descansar lo que ella considera como “necesario”.

Las soluciones

“Hay que implementar sistemas metropolitanos como trenes interurbanos. Así se pueden hacer viables otras redes de transporte masivo”, asegura el urbanista y académico de la Universidad Católica, Luis Eduardo Bresciani, quien además agrega que se deben poner en marcha cuanto antes proyectos del Plan Maestro de Transporte de Santiago 2025, como el expreso a Nos, el Melitren y el tren suburbano de Batuco a Quinta Normal.

Desde el gobierno regional proponen mejorar el desarrollo cultural, educacional y de infraestructura en las comunas periféricas para que sus habitantes no tengan que viajar a Santiago buscando servicios que podrían estar más cerca de sus casas. Dentro de estos planes se contempla la construcción de nuevos hospitales en Paine, Puente Alto y Cerro Navia, el traslado de oficinas gubernamentales –como el Servicio de Impuestos Internos– y el incremento de puestos de trabajo en sectores suburbanos.

Sobre la autora: Valentina Gracia M. es alumna de cuarto año de Periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por la Profesora Gloria Faúndez. El artículo fue editado por Valentina Araya como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa Escrita impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.