—¿Qué sentiste cuando leyeron tu sentencia?
— Eso es lo único que me acuerdo del juicio. Pensé que ya no salía más de ahí, que estaba cagao. Yo en el juicio la miraba [a Jessica] y pensaba “¿por qué me quiere cagar a mí?, ¿por qué me está echando la culpa?, ¿por qué sigue mintiendo si yo no he matado a nadie?”.
— ¿Perdiste la esperanza de que se comprobara que Jéssica estaba equivocada?
— Sí, cuando escuché que me estaban dando 20 años adentro, fue terrible (…). Estaba toda mi familia pa’ la caga, nadie la podía creer. Nadie la podía creer.